–Estaba una mujer, sola.
El espíritu de la mujer había sido violado. La mujer yacía en lo profundo del abismo de la locura. La mujer estaba de pie sobre la tierra más lejana de la inanición.
Gruñendo en el castillo solitario, royendo el trono desocupado, rompiéndose los dientes, desgarrándose la boca, hambrienta.
La mujer había sido humana cuando nació, pero en ese momento ya no lo era.
Todo comenzó unos años atrás, cuando el hombre que gobernaba aquellas tierras fue víctima de una enfermedad incurable.
Cada día más débil, el hombre, asustado por la proximidad de su muerte, recurrió a todo tipo de medios para prolongar su vida.
En poco tiempo alcanzó técnicas que eran tabú, y reunió un gran número de vidas para llevar a cabo una escandalosa inmoralidad con el fin de alcanzar una larga vida.
Abundantemente, vidas fueron sacrificadas, abundantemente, vidas fueron ociosas, y entre esos sacrificios estaba la mujer.
Quién era, cuál era su nombre, cuál era su lugar de nacimiento, quién era su familia, esos recuerdos suyos ya habían sido quemados.
La mujer no era más que un instrumento. Un semillero para el hombre que sólo esperaba su muerte, carcomido por el demonio de la mala salud.
Vidas ociosas sólo para ser desperdiciadas, así se suponía que debía ser, pero la mujer sobrevivió.
Un cuerpo arruinado, el poder brotando, la lámpara de una vida condenada al ostracismo por lo que se llama tiempo.
Las esperanzas, los deseos más queridos del hombre traspasado por el demonio de la mala salud, se materializaron sobre el cuerpo de la mujer.
El hombre se deleitó con los frutos de su trabajo, posponiendo la conmemoración de los sacrificados, desató con prepotencia las ataduras de la mujer.
ーーCuando volvió en sí, la mujer estaba sola, en el deshabitado castillo solitario, angustiada y sufriendo de inanición.
Los pensamientos desapareciendo con el hambre cruel, los recuerdos devorados en el vacío por la sed violenta.
No tenía nada en sus recuerdos. No tenía nada en su entendimiento. Simplemente, todo su cuerpo tenía limitaciones, por lo que tampoco poseía libertad.
Comiendo toda la comida del castillo, vomitando el contenido de su estómago, masticándolo y digiriéndolo de nuevo, continuó repitiendo.
En última instancia, para lo que le quedaba de inanición, mordió las paredes de piedra, hizo crujir el trono, se comió las alfombras.
A ese ritmo, moriría de hambre. Su cuerpo, que no puede morir, moriría de hambre.
«Grrgrr, grrrr. Grrgrr, grrrr……»
En el extremo de la inanición incapaz de obtener el trance, la mujer finalmente vio una ilusión.
En el interior del solitario castillo, bullendo con voluntariosa libertad, había una horda de perros vestidos con pelo bestial.
Aunque fuera una alucinación, no le importó. Si no podía saciarse físicamente, sólo deseaba satisfacer su corazón.
Con tal entereza la mujer se arrastró, devorando a las bestias. Devoraba a las bestias. Se las comió.
Estaba satisfecha. Al instante siguiente, vomitó. Lamió lo que había vomitado. Masticó. Vomitó, comió.
En la ilusión, en el espejismo, en la alucinación, en su deseo, estaba presente el sabor. Allí estaba presente la forma. Lo sentía en la lengua.
Cuando volvió en sí, el interior del castillo se había convertido en una guarida de bestias repulsivas.
«Aha, ahaha, ahahahahahaha~.»
Estaba encantada. Enterrada en días de comer y ser comida, estaba satisfecha después de comer, y vomitaba después de estar satisfecha.
Atascada entre el hambre y el rechazo a la comida, la mujer comía y vomitaba, sorbía y derramaba.
Dadas a luz por los cielos vacíosーー no, dadas a renacer, fueron las bestias con una presencia repulsiva.
Antes de que se diera cuenta, las ataduras de la mujer se expusieron a la batalla por devorar entre las bestias y ella, se soltaron, y fue liberada.
Alcanzada la libertad, la mujer se arrastró y salió del castillo.
Las bestias también, siguiendo a la mujer, salieron del castillo. Sobre la tierra, en todas direcciones, se dispersaron.
Hambre, inanición, incapaz de soportarlas, la mujer devoró, y guardó el castillo que se había cansado de comer para más tarde.
Para visitarlo, cuando llegara el día de la satisfacción de su hambre y su sed.
ーーLa 『Bruja de Gula』 dio a luz a la horda de Bestias Brujas, y siguió muriendo de hambre inagotable.
※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※ ※
–En la 2ª Planta『Electra』de la Torre Vigía de las Pléyades, en la sala blanca como la tiza, comenzó la『Prueba』.
El examinador estaba de pie en un rincón de la sala, un hombre pelirrojo con la sonrisa de un tiburón pegada a la cara.
Presentándose como nada más que un『Palo Swinger』, el aura del hombre rebosaba un inusual espíritu de espada.
La forma en que aparecía era en sí misma complicada. Incluso la propia Shaula, que era la supuesta cuidadora de la Atalaya, se había desmayado en cuanto puso sus ojos en él. Como tal, era obvio que no era alguien ordinario.
Por lo tanto–、
Julius: «Yo, desde el primer momento, lucharé a plena potencia–!»
Hombre: «—-»
Inclinándose hacia delante, Julius habló mientras daba un paso adelante.
La Cuchilla que lanzó suavemente hacia el hombre, era la misma Espada de Selección que se había clavado en el suelo de『Electra』. La espada giró en el aire, volando en un arco, antes de clavarse en el suelo cerca de los pies del hombre.
Para que el hombre simplemente estirara la mano para cogerla.
Hombre: «¿Qué demonios haces? Lanzándome una espada y todo, ¿tienes un Deseo de Muerte?»
Julio: «Desgraciadamente, como caballero, ¡es de lo más vergonzoso blandir una espada contra alguien desarmado!»
Hombre: «¡Kah! Me hace reír. -No tengo las manos vacías, mira más de cerca, tú».
El hombre rugió de risa, enseñando los dientes, ante el avance de Julius. Y mientras reía, levantó despreocupadamente el pie en el aire y dio una patada salvaje a la espada. La Espada de la Selección emitió un estridente gemido al salir volando.
Chirrió a centímetros de Julius, que se había abalanzado hacia el hombre–、
Julius: ¡”–tch! Espero que no te arrepientas de haber dicho esas palabras».
Dejando a un lado su aire pensativo, las mejillas de Julius se endurecieron mientras blandía su espada de caballero.
Levantó la esbelta Cuchilla en línea recta, como un martillo para golpear a aquellos lo bastante insolentes como para deshonrar el terreno de un duelo.
Atravesó hacia delante, veloz como un rayo pero–、
Hombre: «No grites tan cursi, bufón. Tienes una cara muy bonita. ¿No te molestaría que yo llorara?»
Julius: «Wha…… tch»
Con un estruendo, la punta se detuvo antes de alcanzar el torso del hombre.
Por supuesto, Julius no había aflojado la mano. Siempre se esforzaba al máximo, independientemente de la situación. Por eso, no fue él quien detuvo la Cuchilla, sino el hombre que llevaba la sonrisa de un tiburón.
Julius: «¡Imposible!»
Hombre: «Tienes que creer lo que ves. Todo empieza ahí, ya sabes».
Cacareando de risa alegre, el『Palo Swinger』 levantó la mano derecha y se rascó el pecho. Era el mismo comportamiento de antes. Igual que la vez que se amontonaba en una conversación sin sentido.
Sin embargo, su mano izquierda pellizcó la punta de la espada de Julius, con una precisión aterradora.
Eso también, con..,
Julius: «–¿Un par, de ramitas?»
Hombre: «Mira aquí, ni siquiera está cerca. Qué, tienes los ojos mal o algo, tú. Palillos, son palillos. Bastante buenos para agarrar bocadillos, esos palillos. Por eso los llevo conmigo».
Tan delgados que había que entrecerrar los ojos para ver bien el par de palillos de madera, el『Palo Swinger』 los llevaba en la mano izquierda y los usaba con gracia y destreza, de forma similar a como los usaba Subaru, que había gemido por reflejo al verlos. Los palillos existían en este mundo, como había visto y experimentado durante su estancia en Priestella, pero ver a alguien usarlos con tanta delicadeza, era una primicia.
–No, independientemente de la delicadeza que uno poseyera en su uso, detener el balanceo de un espadachín de Primera Clase usando un par de palillos era absolutamente una proeza inhumana.
Hombre: «¿Ah? No me hagas reír. Balanceando en el mejor ángulo, con la mejor velocidad, con el mejor tacto, de la mejor manera… Sean palillos o lo que sean, no hay nada que no pueda cortar».
Julius: «Gu….tch.»
Rodando los ojos por las caras de asombro, el『Palo Swinger』 bostezó, y luego habló con una pizca de sarcasmo. Pero aunque lo normal era que todos guardaran silencio ante semejante espectáculo, Julius, el interesado, no pudo.
Puso fuerza en su brazo y tiró para apartar la Espada del Caballero que permanecía atascada entre el par de palillos. Sin embargo, por mucha fuerza que pusiera, la espada no se movía.
Hombre: «Pero déjame decirte que esto no está hecho de algo divertido. El mal material es malo para la piel. No tiene nada mezclado, sólo el par de todos los días, hecho de algún árbol en alguna parte».
Julius: «Kh…..»
Hombre: «Déjalo salir, déjalo salir… Es mejor que te rías. El que se ríe es más guapo. No es que importe, eres un tío».
De repente, el bloqueo que sentía en la punta de su espada desapareció, dejando a Julius desconcertado. En ese instante, el hombre giró su cuerpo y saltó en el aire con sus dos pies descalzos. Con tremenda fuerza, descargó una patada justo encima de la esbelta cintura de Julius, haciéndole volar por los aires.
???: «¡Julius…!»
Subaru no sabía quién había alzado la voz en un grito, pero no tenían más remedio que observar su vuelo, ya que todos tenían que pensárselo mucho más antes de hacer cualquier tipo de movimiento brusco.
Y ahora, siguiéndole mientras surcaba los aires, incapaz de fijar la postura,
Hombre: «¡Kah!»
La figura del『Palo Swinger』 salió disparada como una bala, persiguiendo directamente a Julius. Con una increíble destreza física, se detuvo justo encima de Julius y adoptó una postura con un palillo en cada mano y soltó una ráfaga de tajos dirigidos a Julius -Si se les podía llamar tajos era algo discutible, pero fuera como fuese, el hombre desató una violenta ráfaga de golpes con los palillos.
Con movimientos tan rápidos, cada golpe parecía desaparecer. A todos les parecía lo mismo, y Julius ya estaba indefenso en el aire, así que no tenía forma de esquivar.
Con su Espada de Caballero como única aliada, Julius respondía a cada tajo de los palillos con el suyo propio. Sin embargo, los palillos se deslizaban, como si se burlaran, y se clavaban en Julius, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez..,
???: «¡Jiwald–!»
Un rayo de calor salió disparado por el aire, dirigido hacia el dúo enzarzado.
La luz blanca, en su forma más simple, puede rasgar el mundo con su terrible filo. En otras palabras, puede convertirse en una Cuchilla invisible que desgarra, corta y quema todo a su paso.
Iba recto, y como tal, era fácil de esquivar… Sin embargo, los rayos brillantes viajaban a la velocidad de la luz, estrellándose directamente contra su objetivo.
Aun así, el 『Palo Swinger』 cortó los rayos de luz disparados por el tercero con facilidad–,
Hombre: «–Mi espada puede cortar incluso la luz, tú.»
Más rápido que el eco de su propia voz ronca, los palillos golpearon y cortaron el rayo de luz.
Un espectáculo imposible que atrajo la atención de todos los presentes. Sólo el hombre hizo una mueca, como si hubiera hecho algo ordinario, y siguió pinchando a Julius con la mano libre.
No, la verdad era que se estaba burlando mucho de él.
???: ¡”–tch! Jiwaaaaaald–!!»
En respuesta a eso, sus ojos se volvieron rojos, superponiéndose con el canto–.
Con ambos brazos abiertos, cantando por la magia que disparaba rayos de calor, su grácil compostura pintada de pánico, estaba Anastasia. Las manos abiertas, todos los dedos en posición– Diez dedos en total dispararon diez Rayos de la Muerte simultáneamente, todos bailaron en el aire mientras se acercaban al『Palo Swinger』.
-Y el『Palo Swinger』mismo tomó una medida igual de sorprendente.
Hombre: «¡Kah!»
El『Palo Swinger』se enfrentó de frente a las vigas danzantes y las atravesó con sus palillos igual que antes, luego se abalanzó dando una patada desde el aire e hizo una caída en picado… Llevándose consigo a Julius, que estaba justo debajo, arrastrándolo por el suelo blanco mientras corría, Julius quedó clavado por los palillos en el plexo solar.
Hombre: «¡Kakakakakakah! Apunta bien. No puedo ni matar una mosca así. No me llaman Lady-killer por nada, tú. ¡Kakakakah!»
Anastasia: «¡Jiwald! ¡Jiwald! Jiwaaald–!»
Anastasia aún optó por continuar sus ataques contra el hombre cacareante. Desafortunadamente, independientemente de su potencia de fuego, si la magia no golpea, no tiene sentido.
Incluso con ella disparando por todas partes, el hombre simplemente cortaba, a veces esquivaba, y a veces hacía un giro brusco poniendo su peso sobre Julius.
Su abrumadora destreza física y de combate, en plena exhibición, chocaba con la evidente mala puntería de Anastasia.
En este caso, técnicamente no era Anastasia la que tenía mala puntería, sino Echidna, que en ese momento habitaba ese cuerpo. A pesar de querer ayudar a Julius con un ataque mágico por sorpresa, sus acciones fallaron gravemente a sus intenciones, dejándola incapaz de conseguir siquiera un rasguño.
Pronto..,
Anastasia: «–a, kh.»
Hombre: «¿Aahn?»
Su tiempo, al parecer, se agotaría primero.
El『Palo Swinger』que esquivaba alegremente los rayos de calor, se detuvo y enarcó las cejas cuando los rayos detuvieron su persecución. Al final de su mirada estaba Anastasia, que se había desplomado en el suelo.
De sus fosas nasales manaba sangre, señal de que había sobrecargado su propio cuerpo. Ella misma lo había dicho antes. No podía confiar en su baza, ya que acabaría con su propia vida-.
Julius: «¡Anastasia-sama…!»
Hombre: «¿Ooh!?»
Vigorizado por la visión de su Maestro cayendo, Julius se liberó de su postura de solo defensa, libre de ser deslizado de espaldas, libre de los implacables golpes de los palillos del『Palo Swinger』.
Se había quitado el botón que tenía cerca del pecho y había arrojado lejos su manto de caballero, obligando a cambiar la dirección de la fricción, lo que le permitió salir del ciclo.
Desde su posición en el suelo, dirigió una patada circular a la cabeza del hombre, maldiciendo su propia estupidez. El hombre apartó ligeramente la barbilla, esquivando el golpe, pero Julius repitió sus patadas dos veces más como un breakdance. Tras varias rondas de patadas y esquives, volvió a ponerse en pie.
Hombre: «Has hecho una buena, tú. Te has sentido muy bien».
Julius: «¡No tengo tiempo para tus tonterías! ¡Muévete…!»
Su absoluta diferencia de habilidad, era algo que Julius entendía demasiado bien, y aún así le rugió. La espada de su caballero, incluso después de los innumerables golpes que había recibido, no había abandonado su mano.
Así que la espada voló, deslizándose por el aire en una exhibición de esgrima de la mayor gracia y elegancia, incluso mientras era desgastada por una causa justa y el sentido del deber… Puede que haya sido la mejor exhibición de esgrima de un caballero.
Un incontable número de días, de meses deben haber sido gastados, lágrimas derramadas y sangre entrenando para refinar su técnica.
Y sin embargo..,
«¿Juegas conmigo? ¿Estás jugando conmigo? No juegues conmigo, tú».
Julius: «–tch.»
Hombre: «¿Qué es esto? No me hagas reír. No te contengas, dame todo lo que tienes. ¿Hablas en serio? Si esto es todo lo que tienes, hombre, qué decepción, tú».
Sus estocadas fueron detenidas, sus tajos, rechazados, sus descargas, derribadas y sus disparos, rechazados.
La técnica que Julius había construido, su propia esencia como caballero, eran negadas por el par de palillos oscilantes, espantosamente bellos, violentos y poderosos, blandidos por un hombre que no dejaba de bostezar, que se llamaba a sí mismo sólo un mero『Palo Swinger』.
La mitad de su vida, estaba siendo pisoteada por un par de míseras ramitas-.
Hombre: «Normalmente no eres así. ¿Por qué peleas solo? Así no se pelea, ¿verdad? No estás acostumbrado… Por eso me aburres, tú».
Julius: «Yo soy….»
«Si quieres atender a tu chica, te dejaré. Toma prestados un par de muslos y déjate mimar, feo fracaso de espadachín».
Lo que pasó por su cara, ¿fue ira? ¿Dolor? ¿Arrepentimiento? ¿Desesperación?
En cualquier caso, uno nunca puede saber realmente lo que hay dentro de los demás.
Julius: «—-»
La espada de Julius destelló, su delgada espada de caballero, como lo hizo probablemente millones de veces antes, trazando el aire.
Cualquiera que lo viera, incluso desde la barrera con ojos inexpertos, podría decir que fue un golpe lleno de fallos.
Los palillos se clavaron en el destello desde un lado.
Al instante siguiente, surcando el aire, la madera rasgó el acero de la espada del caballero… Con un débil grito, la espada del caballero Julius se partió en dos.
Sus ojos amarillos sólo pudieron abrirse de par en par y seguir la visión de la punta de su amada espada mientras giraba por el aire. ¿Cuánto tiempo llevaba usando esa espada? ¿Qué historia compartía con ella? Nadie lo sabía.
Sólo que lo que se había roto no se limitaba a su espada.
Hombre: «Fuera de aquí».
Acompañando a las palabras escupidas había puños gigantes que se lanzaban a su cara.
Era el tipo de violencia menos refinada y más primitiva. Una violencia que prevalecía desde mucho antes de que el hombre tuviera cualquier tipo de herramienta, que utilizaba la propia carne.
Hombre: «—-»
El despiadado golpe quebró el elegante perfil de Julius. El golpe le arrebató la conciencia y lanzó su cuerpo volando por la habitación, donde siguió las leyes de la inercia y chocó, rodó y finalmente se quedó quieto, con el cuerpo extendido como una muñeca rota… Justo al lado de Anastasia.
De tal palo, tal astilla, el dúo inconsciente estaba alineado. Fue el sentido equivocado de consideración del hombre bestia.
Hombre: «Bien, bien, el siguiente es…»
Chasqueando el cuello como si acabara de calentar, el hombre se volvió hacia ellos.
En realidad, era un calentamiento para él. En sólo unas decenas de segundos, Julius había atravesado el campo de batalla, había sido derrotado en una pelea unilateral, Anastasia intentó ayudar pero los dos acabaron derrumbándose juntos… En ese tiempo, Subaru no tuvo ni una sola oportunidad de intervenir, y sólo pudo quedarse mirando.
Y al igual que él, se quedó quieto–、
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