LTBE Little Tyrant Doesn’t Want to Meet with a Bad End Capitulo 419.2 el punto de inflexión (2)
“¡AsĂ es! ¡Podemos recuperar la fortaleza de la misma forma en que la perdimos!”
“¡Es solo una ilusión creada por los dioses malignos! ¡No debemos caer en su estratagema! ¡Esos malditos cultos malignos creen que pueden engañarnos!
“Primero debemos transmitir las noticias a otros y fortalecer nuestras defensas aquà por el momento”.
Bajo la especulaciĂłn estimulante de Roel, los caballeros, que habĂan sido creyentes de la Diosa Sia desde una edad temprana, pudieron encontrar una nueva forma de ver la situaciĂłn. A travĂ©s de eso, encontraron un nuevo pilar de apoyo mental y juraron furiosamente volver a los cultos malignos.
Dos caballeros fueron enviados a regresar a pueblo Balk para informar el asunto, mientras que los miembros restantes buscaron pistas en los alrededores y construyeron una base simple.
Fortaleza Tark podrĂa haber caĂdo, pero el paso de la montaña aĂşn necesitaba ser vigilado. Si permitieran que los desviados entraran libremente, se dispersarĂan rápidamente en todas las direcciones y causarĂan estragos a lo largo de la frontera oriental, dificultando que la humanidad mantenga su lĂnea de defensa.
Por supuesto, no habĂa forma de que una unidad de caballeros pudiera proteger Pradera Tark por sĂ misma. Si los desviados lanzaran una invasiĂłn a gran escala, serĂan invadidos en unos momentos. Tanto Roel como los caballeros lo sabĂan, pero optaron por no mencionarlo.
SabĂan que sus vidas eran de poca importancia en comparaciĂłn con la crisis que potencialmente podrĂa ocurrirle a la humanidad. Su paĂs, familia, amigos y hermanos estaban todos detrás de ellos. No podĂan darse el lujo de echarse atrás ahora.
La repentina catástrofe podrĂa haber aplastado momentáneamente su voluntad, pero rápidamente recordaron todo lo que habĂan jurado proteger. Reprimieron su miedo y se obligaron a mantenerse firmes.
Mientras tanto, habĂa otra misiĂłn que Roel necesitaba cumplir.
“Lord Roel, Âżrealmente vas a ir?”
Mientras los caballeros estaban ocupados construyendo un campamento temporal, los comandantes de la Tercera Orden de Caballeros se reunieron y miraron al hombre de cabello negro frente a ellos.
Roel asintiĂł con la cabeza en respuesta a la pregunta.
“SĂ. Ahora que el PrĂncipe Kane ha desaparecido, Su Alteza Nora es la Ăşltima esperanza de la Teocracia. Por la estabilidad y supervivencia de nuestro paĂs. Tengo que ir.”
“…”
Un pesado silencio cayĂł sobre los comandantes de los caballeros. El sol ya se habĂa elevado en el cielo, pero los caballeros con armadura no podĂan sentir el más mĂnimo calor de Ă©l.
Fue por una buena razĂłn que Pradera Tark fue apodada como el ‘Cementerio de los humanos’, y Roel planeaba marchar directamente a sus profundidades para buscar a Nora, que tal vez ni siquiera estĂ© allĂ. Todos pensaron que era un acto de locura total, pero ninguno de ellos pudo encontrar las palabras para detenerlo. SabĂan que lo que Roel habĂa dicho era cierto.
Para la Teocracia, esto era algo que tenĂa que hacerse.
El prĂncipe Kane podrĂa haber desaparecido con los cien mil soldados de Fortaleza Tark, pero los Xeclydes todavĂa necesitaban un sucesor. La Iglesia de la Diosa del GĂ©nesis no debe perder su lĂnea de sangre de Angel. La familia real sirviĂł como pieza central que uniĂł a la gente en tiempos de agitaciĂłn. Si la familia real no podĂa mantener la estabilidad interna, ÂżcĂłmo podĂan inspirar confianza en la gente?
Una vez que la Teocracia se derrumbara, la inquietud se extenderĂa rápidamente por toda la humanidad como una enfermedad, comenzando un pandemĂłnium.
Los caballeros sabĂan que Roel estaba cargando el destino del paĂs sobre sus hombros, y por eso ninguno de ellos se atreviĂł a detenerlo. Solo podĂan despedirse de Roel con el corazĂłn apesadumbrado.
“Toma mi insignia y haz una visita a los campamentos base de Pendor y Rosa en la frontera este. Diles que el señor del feudo sustituto del Feudo Ascart, Roel Ascart, solicita formalmente refuerzos en Fortaleza Tark. Yo personalmente explicarĂ© las cosas a sus superiores despuĂ©s. No te preocupes, harán un movimiento.
“Hasta entonces, debes proteger esta abertura con todo lo que tienes. Recuerda esto: aquĂ no hay paĂses, solo humanos. Todos luchamos con el mismo objetivo en mente”.
“Señor Roel…”
El capitán de los caballeros recibió la insignia de Roel con gran pesar. Roel le dio unas palmaditas en el hombro antes de saltar en silencio sobre un caballo. Tocó suavemente la cálida hoja de Ala Ascendente y reunió su determinación.
“Espera hasta que regrese. ¡Guerreros de la Diosa Sia, que la suerte esté de su lado!”
Con esas palabras, Roel tirĂł de las riendas de su corcel y se adentrĂł al galope en las profundidades de Pradera Tark.
…
Roel sabĂa que esta era una misiĂłn que no podĂa permitirse fallar.
Nora fue la Ăşnica sucesora que quedĂł en la familia real de Xeclyde. Su posiciĂłn era tan importante que podrĂa influir en el futuro de la humanidad.
La Teocracia no era tan estable como parecĂa en la superficie. Si el prĂncipe Kane y Nora se encontraran con un percance, los Elric inmediatamente darĂan un paso al frente y reunirĂan a todos esos nobles ambiciosos a su lado para enfrentar a la facciĂłn real muy debilitada.
Era poco probable que los Elric organizaran abiertamente una rebeliĂłn bajo la amenaza inminente de los desviados y la poderosa influencia de los Xeclydes, pero la Teocracia fragmentada se llenarĂa de luchas internas. Las grietas continuarĂan profundizándose hasta que la Eminencia santa John partiera del mundo.
Con la extinciĂłn de los Xeclydes y el vaciado del trono, los Elric finalmente pudieron quitarse todos los grilletes y comenzar una guerra interna.
Inevitablemente estallarĂa una pelea entre los Ascarts y los Elrics. La Iglesia de la Diosa del GĂ©nesis probablemente respaldarĂa a los Ascart, pero los Elric tambiĂ©n serĂan apoyados por los cultos malignos. Sin importar quiĂ©n ganara en esta batalla del bien y el mal, toda apariencia de orden se erosionarĂa.
Con la mayorĂa de los recursos agotados por las luchas internas, serĂa difĂcil para la Teocracia presentar una fuerte defensa en Pradera Tark. Si los desviados lanzaran una invasiĂłn a gran escala como lo habĂan hecho en cuatro ocasiones anteriores en ese momento, no habĂa garantĂa de que la humanidad pudiera resistir el ataque.
Esa fue la conclusiĂłn a la que llegĂł Roel con solo un poco de conjetura.
Era un futuro sombrĂo que no debĂa permitir que se hiciera realidad, pero eso no era lo que más le preocupaba. Ahora solo habĂa una cosa en su mente que lo aterrorizaba, y era la posibilidad de que Nora pudiera desaparecer.
HabĂan pasado varios dĂas desde que el grado de SeraficaciĂłn de Nora alcanzĂł su punto máximo. Nora apenas aguantaba con su propia fuerza de voluntad, pero su padre, Kane, habĂa desaparecido repentinamente junto con Fortaleza Tark en este momento crucial. Eso habrĂa sido un shock devastador para ella.
Roel no sabĂa si Nora estaba al tanto del desastre que habĂa ocurrido en Fortaleza Tark, pero rezĂł para que permaneciera ignorante. Si pudiera ocultarle este asunto hasta que su condiciĂłn se estabilizara, todo estarĂa bien.
ContinuĂł galopando bajo la vaga guĂa de Ala Ascendente. DespuĂ©s de haber viajado durante varias horas, comenzĂł a notar montones extraños delante de Ă©l que hicieron que su tez se volviera grave.
No estaba seguro al principio, pero el hedor insoportable se hizo evidente a medida que se acercaba. Un escenario del infierno se desplegó ante los ojos de Roel.
Era una montaña de cadáveres formada por cientos de desviados apilados unos encima de otros.
El hedor a podrido se podĂa oler incluso desde mil metros de distancia, lo que hacĂa que el estĂłmago se revolviera de repugnancia. La sangre fluĂa lejos de la montaña como muchos pequeños afluentes que se alejaban de su fuente, tiñendo el suelo de rojo. Los cuervos y los halcones volaban persistentemente en el cielo.
Esta escena hiperrealista se sentĂa como una especie de obra de arte gore deformada.
Roel sintiĂł que su corazĂłn caĂa al abismo mientras miraba la montaña de cadáveres. GalopĂł hacia adelante para revisar los cadáveres mutilados, y su rostro palideciĂł cuando sintiĂł el maná familiar de ellos.
Realmente es ella.
La mutilaciĂłn violenta de esos cadáveres estaba en desacuerdo con la mujer amable y justa que Roel recordaba, pero su mente lĂłgica le dijo que no habĂa ningĂşn error aquĂ.
Se quedĂł en medio de este escenario infernal por un breve momento antes de centrar su atenciĂłn en la guĂa de Ala Ascendente una vez más. DecidiĂł apartar la vista de la brutalidad y continuar su viaje.
Esas vistas continuaron mientras se adentraba más en Pradera Tark. Al atardecer, ya se habĂa encontrado con tres de esas montañas de cadáveres.
El sol poniente envolvĂa su cuerpo en un siniestro brillo de sangre. PodĂa sentir que la guĂa de Ala Ascendente se hacĂa cada vez más fuerte.
Al mismo tiempo, en una lejana colina teñida de carne y sangre, una mujer con majestuosas alas de luz levantó lentamente la cabeza para dirigir una mirada sin emociones hacia el oeste.