Destinado a Ser Amado por las Villanas Capitulo 220.2
Mientras tanto, la Diablo Gris volvió a superponer sus labios sobre los de él.
Parecía como si estuviera jugando con él de principio a fin, pero cuando mostraba su afecto de este modo, él podía sentir sin duda su sinceridad.
La mucosa que se rozaba cortésmente y las salivas que se intercambiaban fuertemente estaban llenas de cortesía y consideración, como si se estuviera haciendo la simpática.
El beso caliente continuó, era como si le estuviera dando las gracias por aparearse con ella.
Tras besarle así durante un rato, la Diablo Gris volvió a alejar su rostro del de él.
[Te amo.]
El estímulo le invadió como un maremoto. Aunque era incapaz de registrar bien el significado que había detrás de aquellas palabras, las células de su cuerpo reaccionaron felices ante ellas.
[Te amo. Te amo. Me gustas. Me gustas mucho¾ðyouu…].
Estimulación tras estimulación le golpeaban mientras todo su cuerpo temblaba.
Después de que este fenómeno ocurriera varias veces…
Finalmente, una sensación que parecía un bulto de fuego surgió de la parte inferior de su cuerpo.
Una sensación de hormigueo que parecía un rugido de llamas en el fondo de un acantilado le recorrió el cuerpo de la cabeza a los pies.
Sus ojos se desenfocaron y perdió tanto el control de sus músculos que le costaba mover incluso un dedo.
Su aspecto era diez millones de años luz distinto al habitual; despojado de toda dignidad, ahogado en un placer que le hacía sentir que la cabeza le ardía a causa del abrazo de aquella mujer.
De repente, el fondo de su consciencia le alarmó de algo, al surgir en su mente el pensamiento de que todo su cuerpo podría arder a este ritmo. Entonces intentó formar una frase mientras su mente seguía en ese estado desordenado e incapaz de recuperar el aliento.
«…Creo que, pronto-»
Al verle jadear así, el Diablo Gris dejó escapar una sonrisa burlona.
«…Déjame, fuera…»
Dijo eso porque pensó que sería peligroso si se corría dentro de ella.
Al oír eso, la sonrisa del Diablo Gris se hizo más amplia.
No era la sonrisa inocente que le había mostrado hasta entonces.
En su lugar, era la sonrisa de un «Diablo», que le servía para recordarle que estaba atrapado en sus travesuras.
De repente acercó su cara a la de él, que estaba al borde del clímax.
Al verlo, los ojos de Dowd se abrieron de par en par.
Porque la visión de su «mirada» cambiante le llegó con claridad.
[Es C¾ð un regalo].
El susurro de ella entró en sus oídos.
Y al mismo tiempo…
[Te C¾ð gusta, ¿verdad? Esta ¡Á chica.]
El cuerpo del Diablo Gris, que estaba hecho de Aura Demoníaca gris cambió en un instante.
Y esta nueva apariencia de ella le resultaba familiar.
Demasiado familiar para él.
Hasta el punto de que era un problema para él.
«Dowd…»
La voz de Eleanor salió de su boca.
Sí, el Diablo Gris le estaba mostrando la cara de Eleanor y hablaba con la voz de Eleanor.
Y con semejante aspecto…
Le mostró sus ojos llorosos mientras respiraba agitadamente.
Sus piernas se aferraban a su cuerpo con fuerza, como si no quisiera separarse de él. Con lágrimas en los ojos.
Era como si la verdadera Eleanor estuviera ante sus ojos y él estuviera teniendo relaciones sexuales con ella.
«Hazlo dentro, por favor, te lo ruego, tú…».
Suplicó ella.
«Por favor, no la saques, te lo ruego… Haré lo que sea… por favor, hazlo dentro…».
Con una voz llena de éxtasis.
Su habitual voz fría y pétrea estaba ahora teñida de placer sexual.
«… Tú-»
Dowd apretó los dientes mientras la miraba fijamente.
En su mente, sabía…
Que todo aquello era una actuación y que formaba parte de su travesura para burlarse de él.
Sin embargo…
En ese momento, cuando su juicio estaba nublado, cuando todos los sentidos de su cuerpo habían sido llevados al extremo.
Por no hablar de la racionalidad, su instinto estaba «engañado».
Junto con una sensación que parecía que se le hundía el corazón, sin darse cuenta acercó su cuerpo al de ella.
Y, se corrió.
¡”-! ¡¡-!! -!!!!!»
Tuvo la sensación de que toda la parte inferior de su cuerpo se sobrecalentaba, hasta el punto de que sintió que le succionaban el alma por aquel pequeño agujero.
En lugar de derramarse, sintió como si toda una presa reventara y se derrumbara.
Ni siquiera podía hablar correctamente. Lo único que salía de su boca ligeramente abierta era una respiración que parecía un viento saliendo de un espacio muy estrecho. Lo único que podía sentir era la retroalimentación del placer que estaba quemando su sistema nervioso hasta dejarlo blanco. Con la cantidad de información que le proporcionaba sólo el estímulo, no había forma de que recuperara los sentidos.
Mientras tanto, su semen seguía saliendo a borbotones. Seguía eructando sus genes en el cuerpo del Diablo Gris.
Seguía y seguía…
Como si nunca fuera a parar.
«Ha…Hm-ph…»
Un gemido que parecía el rugido de una bestia vibró bajo las cuerdas vocales de Dowd.
En aquel momento, el placer era casi como un dolor. Sentía como si le abrasaran el cerebro con un hierro candente.
Entonces se sujetó la cabeza. No supo cuánto tiempo pasó. Se sintió mareado.
[Ha, aah-]
La visión de Diablo Gris acariciándose el bajo vientre con ambas manos, con expresión extasiada…
Fue lo último que Dowd recordó antes de perder el conocimiento.
●
¿Me desmayé durante una hora?
pensó Dowd mientras luchaba por abrir los ojos. Inmediatamente le llegó una voz.
[¿Estás¡Á satisfecho?]
«…»
Y mucho menos sentirse satisfecho…
Sólo podía recordar que aquella mujer le tenía encerrado y le apretaba.
«…¿Se acabó ya…?»
Murmuró con voz agotada.
En este estado, realmente no tenía ninguna otra respuesta que pudiera darle, pero el Diablo Gris se limitó a sonreír tras oír aquello.
«…»
Había visto esa expresión de ella demasiadas veces y su vez también, la ansiedad recorrió su espina dorsal.
Porque nunca le habían sucedido cosas buenas cuando esa gamberra tenía esa expresión en la cara.
Y lo que ella dijo después corroboraba tal teoría.
[¿Qué quieres decir?]
«…»
[La noche aún es¡Á joven.]
«…»
[¿No crees que ¡Á tenemos que hacerlo¡Á unas cuantas veces más?]
Dowd se peinó con los ojos en blanco.
Ya veo.
Hacer eso que acabamos de hacer unas cuantas veces más, ¿eh?
Una vez más le recordaron que los Diablos eran definitivamente un grupo de locos.
[Aunque yo soy el más C¾ð moderado de entre nosotros].
«…»
[En todo caso, deberías C¾ð haberte alegrado C¾ð de no haber sido atrapado por los demás].
Mientras se ahogaba en sus pensamientos, el Diablos Gris lo dijo riendo entre dientes, como diciéndole que debería alegrarse por lo que le había ocurrido.
No parecía estar bromeando.
«…»
En otras palabras…
Estaba diciendo que los otros Diablos tenían orientaciones sexuales más horribles hasta el punto de que lo que ella hizo parecería infantil.
…Sálvenme.
Por eso…
Era natural que un pensamiento así acudiera a su mente en esta situación.