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ED Capitulo 6290

ED Capitulo 6290 Mi hueso de dao se ha enderezado.

El arroyo fluía suavemente y su transparencia permitía ver peces nadando en el fondo, deslizándose por el agua como si fueran águilas surcando el cielo.

Este tipo de arroyos son comunes en todo el Dominio Desolado; hay cientos o incluso miles de ellos, ya que toda la región es un entramado de ríos entrelazados, como si fuera una tierra nutrida por estas corrientes.

De hecho, en el Dominio Desolado existe la leyenda de que todos sus ríos provienen del Lago Taiyi de Nueve Conexiones. Sin embargo, no todos en el Dominio Desolado pueden verlo, ya que algunos dicen que el lago es tanto visible como invisible. Incluso cuando es visible, lo que uno ve podría no ser el lago en sí, sino solo una parte de él.

En la región imperial hay cuatro lagos atribuidos al Lago Taiyi de Nueve Conexiones y otros cuatro en la región ancestral. No obstante, la ubicación del lago original es desconocida. Sobre los cuatro lagos de la región imperial hay diversas teorías; algunos afirman que están distribuidos alrededor de los Seis Picos de Imperial, rodeándolos.

Pero, en realidad, solo aquellos lo suficientemente poderosos pueden ver la verdadera forma de estos cuatro lagos, un privilegio reservado para quienes poseen la fuerza de un emperadores y dioses. En la región imperial, estos cuatro lagos son conocidos como los Cuatro Lagos Interconectados, y solo al alcanzar el umbral del Lago se puede ver su verdadera forma. Para quienes no logran cruzar este umbral, lo único visible son arroyos que serpentean entre las montañas.

En ese momento, Li Qiye dio un paso y se situó en el umbral del Lago. Lo que antes parecía un arroyo insignificante se transformó en un paisaje majestuoso; ahora veía frente a él un río que corría con fuerza.

Este río era de un azul profundo, casi como jade. En las partes poco profundas el agua era cristalina, mientras que en las zonas profundas se tornaba aún más azul. La corriente fluía como una cinta de jade, descendiendo en cascadas desde las alturas, rodeando las montañas de una forma sumamente bella.

Siguiendo el río hacia su origen, se vislumbraban en la lejanía cuatro lagos fusionados, sin fronteras aparentes. Cada uno parecía desbordarse sobre el siguiente, como si fueran un solo lago sin divisiones reales, y su visión era tan fantástica que parecía abrir la puerta a un mundo mágico.

Las aguas de estos lagos formaban cascadas que se convertían en ríos, fluyendo hacia todas las direcciones de la región imperial, como si fueran miles de dragones lanzándose desde un enorme nido. Al abandonar el umbral del Lago, los ríos se transformaban en arroyos tranquilos, que nutrían las montañas a su paso, revelando una conexión misteriosa.

El Lago Taiyi de Nueve Conexiones es envuelto en misterio, y se dice que estos nueve lagos son en realidad los puntos de convergencia de grandes venas subterráneas del Dominio Desolado, llenas de energía vital. Así, lo que fluye de estos lagos no es solo agua, sino la esencia misma de los elementos.

Aunque esta creencia parece inverosímil, es cierto que las aguas de los lagos nutren ambas orillas de los ríos, donde crecen hierbas espirituales y árboles sagrados, elementos esenciales de la riqueza de la Frontera Desolada.

Li Qiye, al entrar en este umbral del río, se detuvo al borde del río y contempló los Cuatro Lagos Interconectados, disfrutando de la grandiosa vista.

Allí, Li Qiye estaba bajo la sombra de un raro árbol de borlas celestiales purpura, cuyas ramas colgaban como flecos delicados de color púrpura, y al moverse en el viento, emitían una ligera niebla violácea que indicaba su naturaleza sagrada.

En ese momento, un venado alto y robusto se acercó. Su imponente figura, aún más alta que Li Qiye, irradiaba una presencia intimidante, como si fuera una montaña en movimiento.

El venado se acercó y, al girar la cabeza, miró a Li Qiye con ojos llenos de fuerza, capaces de someter a cualquiera con solo su mirada, incluso a cultivadores poderosos.

Sin embargo, Li Qiye continuaba admirando el paisaje, sin prestarle atención al venado.

El venado levantó la cabeza y, con la lengua, enrolló una de las hojas de borla celestial purpura, masticándola. No se sabía si era por costumbre o por una deficiencia, pero cada vez que masticaba, su boca se torcía un poco y su cabeza se inclinaba hacia un lado, como si perdiera el equilibrio y se acercara a Li Qiye.

Cada vez que el venado se inclinaba, Li Qiye lo apartaba con un ligero empujón.

El venado seguía comiendo la borla celestial purpura y, cada vez que su cabeza se ladeaba, Li Qiye lo empujaba. Esto irritó al venado, que comenzó a mirarlo con ojos de enojo, llenos de un aura intimidante.

Li Qiye continuaba ignorándolo hasta que terminó de admirar la majestuosa vista de los Cuatro Lagos Interconectados. Solo entonces miró al venado.

El venado lo observó de vuelta, su mirada llena de tal fuerza que muchos cultivadores caerían de rodillas al recibirla.

“¿Esto es algo innato o adquirido?” preguntó Li Qiye, sonriendo al ver cómo el venado masticaba mientras ladeaba la cabeza.

El venado se enfureció por el comentario, sintiéndolo como una ofensa. De inmediato, empezó a emanar una energía imponente, pero antes de que pudiera reaccionar, Li Qiye alzó la mano y con un rápido movimiento, se escuchó un “crack”. En un instante, Li Qiye le sujetó la cabeza y con un giro firme, enderezó su mandíbula torcida.

El venado quedó pasmado ante el sonido; aún no había procesado lo ocurrido cuando Li Qiye ya había empezado a caminar, avanzando río arriba hacia los Cuatro Lagos Interconectados.

Al ver a Li Qiye avanzar sobre el agua, el venado, atónito, masticó la borla celestial purpura en su boca.

“¿Qué es esto?” murmuró sorprendido, notando un cambio, y exclamó de alegría: “¡Mi hueso de dao se ha corregido, mi hueso de dao se ha corregido!”

Emocionado, el venado gritó y en ese momento adoptó su forma humana: un joven robusto, vestido con una túnica adornada con bordados y flecos, que dejaba su pecho musculoso al descubierto, brillando con una intensidad divina.

En su cabeza crecían dos astas que parecían joyas preciosas, irradiando luz y dignas de ser un tesoro tanto para coleccionar como para usarlas como arma.

(un shikanoko tan)

“¡Mi hueso de dao se ha corregido!” exclamó nuevamente el joven de astas de venado, dándose cuenta de que había sido Li Qiye quien lo había ajustado.

Miró a lo lejos y vio a Li Qiye caminando sobre el agua. Cada paso que daba producía un sonido de agua, y de repente, peces saltaban del río, creando arcos de color que parecían arcoíris en el cielo, como si una senda de arcoíris se desplegara bajo los pies de Li Qiye, conduciéndolo hacia los Cuatro Lagos Interconectados en la distancia.

“¡Peces divinos arcoíris!” exclamó el joven de astas de venado, absorto en la escena. Jamás había visto algo así.

“Ni siquiera el maestro Jiang podría hacer que aparecieran peces divinos arcoíris. ¿Qué está pasando?” murmuró el joven, asombrado.

“¡Peces divinos arcoíris! ¡Puedo olerlos!” En ese momento, una figura descendió del cielo y aterrizó junto al joven de astas de venado, gritando.

“¿Dónde están los peces divinos arcoíris?” exclamó la figura, buscando alrededor.

El joven de astas, aún aturdido, oyó la figura gritar: “¡Venado de la Medicina, ¿en qué estás pensando?”

(Dan tambien puede ser rojo… pero voy con medicina ya que casi siempre en novelas de cultivo es relacionado a pildoras)

“Mi hueso de dao se ha corregido,” respondió con alegría el joven de astas.

 

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