ED Capitulo 6276 Es hora de abrir un nuevo camino para las generaciones futuras
La aparición repentina de Sempiterno Jiang sorprendió a muchos, incluso a los seres más antiguos como los Ancestros. No era para menos, pues hacía mucho tiempo que no se le veía.
“Sempiterno Jiang, ¿cuánto tiempo ha pasado desde su última aparición?” murmuró un dios desolado en voz baja.
Un emperador reflexionó y respondió lentamente: “Desde la Guerra de Vigilia no se le ha visto. No estoy seguro, pero se rumorea que ha estado en reclusión intentando superar el cuello de botella más allá del camino”.
“Sería maravilloso que lo lograra.” Muchos compartieron ese sentimiento, en especial seres como los dioses desolados. En el Mundo de los Tres Inmortales, todos sabían que tras alcanzar el nivel de Ancestro, los cultivadores que seguían un camino distinto al del Gran Emperador solían sentirse frustrados.
Esto se debe a que tanto dioses desolados como los Inmortales, al caminar por este camino alternativo, se topaban con barreras como Cortador de Cielo y Lejano Dao, sin más niveles por alcanzar después de estas etapas.
En cambio, quienes seguían el camino de los emperadores podían avanzar hasta el nivel de Gigante Supremo después de superar la tribulación de la aniquilación y alcanzar la inmortalidad. Sin embargo, en la senda de los dioses, tras superar Cortador del Cielo, la única opción era ingresar en Retorno a las Ruinas, sin posibilidad de avanzar más.
Desde la creación de los caminos del Dao, la senda del Emperador ofrecía niveles como Ancestro, Gigante Supremo, e incluso Inmortal. Pero más allá del nivel de Cortador del Cielo, el camino alternativo no presentaba más opciones.
En la actualidad, en el mundo antiguo, quienes han seguido esta senda y entrado en Retorno a las Ruinas son conocidos: Sempiterno Jiang, Lejano Dao, Junxi, Dios Beikun y la pareja divina. A pesar de rumores que afirman que Sempiterno Jiang y los demás han rozado el nivel de Gigante Supremo, nunca han logrado cruzar ese umbral, dejando al mundo sumido en incertidumbre sobre si existe un nivel más allá o si Retorno a las Ruinas marca el final de esta senda, siempre un escalón o dos por debajo del camino del Emperador.
Este estancamiento generó gran desánimo entre los cultivadores, pues todos sabían que alcanzar el nivel de Emperador era mucho más difícil que el de Dios desolado. De cada diez que alcanzaban el estatus de Dios desolado, solo uno lograba ser Gran Emperador, lo que obligaba a la mayoría a optar por la senda menos exigente.
Aunque la mayoría nunca llegaría a ser un dios desolado, y mucho menos a superar etapas como Cortador del Cielo o alcanzar Retorno a las Ruinas, la mera existencia de esta limitación era frustrante para todos. Ver que la senda del Emperador llevaba al estatus de Gigante Supremo o incluso a la inmortalidad, mientras que la alternativa terminaba abruptamente en Retorno a las Ruinas, hacía que muchos sintieran que este camino nunca estaría a la altura del del Emperador.
“Zumbido, zumbido.” Mientras todos observaban a Sempiterno Jiang, vieron cómo empezaba a emanar una luz radiante. Esta luz alteró el cielo, creando una atmósfera de inquietud.
De repente, en el cielo apareció un rayo cargado con fuego de tribulación. Aunque aún no se manifestaba la Tribulación Celestial completa, la aparición de esos rayos hacía que todos se sintieran intranquilos.
El sonido de los chispazos eléctricos hacía pensar que en cualquier momento el fuego de tribulación podría desatarse. Sin embargo, las luces que emanaban del cuerpo de Sempiterno Jiang se transformaron en llamas que se alzaron hacia el cielo, bloqueando los rayos antes de que alcanzaran la tierra.
“¿Está realmente a punto de enfrentar una tribulación?” Todos sintieron sus corazones acelerarse al presenciar esta escena.
“¿Después de Retorno a las Ruinas, existe algún otro nivel?” Al ver las extrañas manifestaciones alrededor de Sempiterno Jiang, incluso un Emperador no pudo evitar especular.
Sempiterno Jiang y Lejano Dao habían quedado estancados en Retorno a las Ruinas sin poder avanzar más. Pero ahora, con los signos de tribulación alrededor de Sempiterno Jiang, parecía sugerirse que aún había niveles ocultos en ese camino.
“Debería haber más niveles. Ancestro Desolado creó tanto a el camino de los dioses, seguramente también ideó otros niveles”, dijo un dios desolado, cargando de esperanza sus palabras.
Todos los dioses desolados anhelaban que alguien lograra superar Retorno a las Ruinas. Sin embargo, otro comentó con preocupación: “Pero Ancestro Desolado solo creó la estructura de este camino, sin recorrerlo ella misma. Ancestro Desolado siguió la senda del Emperador y buscó alcanzar la inmortalidad”.
Era cierto que Ancestro Desolado había establecido dos caminos: el del Emperador y el de los dioses. Sin embargo, ella eligió seguir el del Emperador. A lo largo de los años, muchos lograron completar la senda de los dioses desolados, y tras la aparición de la pareja inmortal, surgieron más seres que alcanzaron los niveles de Dios desolado y Cortador del Cielo. De hecho, la cantidad de Dioses desolados en el Mundo de los Tres Inmortales superaba con creces la de los Grandes Emperadores, posiblemente en una proporción de diez a uno.
A pesar de su número, ningún dios desolado había logrado superar Retorno a las Ruinas ni alcanzar el nivel de Gigante Supremo, mucho menos la inmortalidad, como lo hizo Ancestro Desolado.
“Ya he vislumbrado el Dao de la creación”, proclamó Sempiterno Jiang, erguido entre el cielo y la tierra, ignorando a todos a su alrededor mientras su mirada se dirigía hacia las profundidades de la misteriosa Frontera de Dios. Su voz resonaba por los cielos, llena de autoridad y superioridad.
“Mayor Lejano Dao, es hora de enfrentarnos. Ha llegado el momento de que abramos un nuevo camino para las generaciones futuras”, declaró Sempiterno Jiang, sus palabras extendiéndose por el mundo, sacudiendo los corazones de todos, desde Grandes Emperadores hasta Dioses desolados y Ancestros.
“¿Está desafiando a Lejano Dao?” Todos entendieron la intención detrás de sus palabras. Sempiterno Jiang, al reaparecer en el mundo, no había tardado en desafiar a Lejano Dao.
En ese instante, un destello emergió desde las profundidades de Frontera de Dios. Este lugar seguía envuelto en misterio, como si fuera la morada de los dioses, separada del mundo mortal e inaccesible para cualquier ser viviente.
La luz que emergió parecía distorsionar el cielo y la tierra, alargando el espacio hasta convertirlo en una franja estrecha, cambiando por completo la apariencia del mundo antiguo. Dentro de esa luz apareció una figura delgada, tan frágil que parecía que podría ser arrastrada por el viento.
Aunque su cuerpo no era tan imponente como el de Sempiterno Jiang, al pararse en medio de la luz, parecía estar suspendido en el tiempo, como si hubiera existido desde el principio de los tiempos. A lo largo de incontables eras, esta figura permanecía inalterable, inmune al paso del tiempo y al cambio de eras. Era como si su mera existencia encarnara la eternidad e inmortalidad.
“Es Lejano Dao. Él es Lejano Dao”, exclamaron muchos, abrumados por la visión. Incluso los Grandes Emperadores y los dioses desolados quedaron momentáneamente atónitos.
“Lejano Dao, el legendario Lejano Dao”, murmuró un Gran Emperador. “Es una existencia más antigua y legendaria que el mismo Sempiterno Jiang, llena de misticismo”.
El nombre Lejano Dao no solo identificaba a una persona, sino también a un nivel en el camino del cultivo. En tiempos antiguos, antes de que existieran los dioses desolados, se hablaba de un nivel inmortal, y Lejano Dao fue el pionero de ese camino.
(recuerden que antes del nuevo mundo los niveles para este camino era, Ascendente, Eterno, Sempiterno y Lejano Dao)
Lejano Dao fue el que más lejos llegó en esta senda, y por eso se nombró ese nivel en su honor. Más tarde, algunos sugirieron que ese nivel era equivalente al de Cortador del Cielo en la senda de los dioses desolados.
Sempiterno Jiang había seguido el mismo camino, aunque mucho después de Lejano Dao. Sin embargo, hoy se enfrentaba al desafío de alcanzar al fundador de ese sendero, Lejano Dao.
“Unas de las existencias más brillantes de la historia”, comentó con asombro un antiguo Emperador Verdadero al presenciar esta escena.
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