Como Rechazar la Obsesión de mi ex marido

Sacrifiqué mi propia vida para salvar a mi marido, que fue mi primer amor.
Pensé que finalmente podría liberarme de este amor insensato después de haber muerto, pero…
¿Por qué cuando abrí los ojos de nuevo, me encontré en el cuerpo de otra persona?
Peor aún, ¿he transmigrado en una novela?
¿Y por qué está mi ex-marido aquí también?
Se convirtió en el Esper de clase S que estaba obsesionado con la protagonista femenina, lo suficiente como para acabar cometiendo traición contra el Príncipe Heredero, que era el verdadero protagonista masculino.
Sin embargo, más que nada, ¿por qué de repente manifesté las habilidades de un Guía?
…Ah, da igual. Morí de todos modos, así que debería ser lo mismo que un divorcio, supongo.
* * *
«Esposa mía, ¿pensaste que no reconocería a tu Guía?»
¿Por qué me recuerdas?
¿Por qué me miras así, y no a la protagonista femenina? Con esos ojos tan llenos de obsesión y locura.
Usted no era originalmente este tipo de hombre.
Se acercó a mí a paso lánguido, observándome atentamente mientras me quedaba sin palabras.
Su andar era lento y elegante, como si fuera un león acercándose a su presa; aun así, no podía ocultar su sed y su hambre. No, ni siquiera intentaba ocultarlo.
Cuando por fin llegó frente a mí, levantó una mano y me sujetó la barbilla. Con el pulgar, sin miramientos, me frotó el labio inferior.
Ante aquella acción tan familiar, sentí que me estremecía. Siempre había sido bastante brusco cuando recibía mi guía.
Su expresión de placer se distorsionó ligeramente.
«Ja…»
En el momento en que su piel tocó la mía, en el momento en que empecé a guiarle, soltó un suspiro profundo y prolongado. Su aliento caliente y espeso se pegó a mis ojos y labios.
Sentí que una mano cálida me tocaba la espalda y enseguida me acercó a él con fuerza. Con mi cuerpo completamente pegado al suyo, no pude ocultar mi sorpresa cuando levanté la mirada hacia él.
Cuando abrió los párpados, sus ojos azules me miraron como si hubiera estado esperando.
Con sus labios tan cerca de la punta de mi nariz, giró la cabeza oblicuamente mientras canturreaba.
«Llevo mucho tiempo buscándote, cariño».
