༺ Entrenamiento(2) ༻
1.
“Vamos a repasar lo que has aprendido hasta ahora. Exprime toda tu energÃa y carga contra mÔ.
HabÃa sido otra dura sesión de entrenamiento de doce horas para Siwoo.
A diferencia de antes, cuando sólo dependÃa de su cuerpo espiritual para entrenar, su fuerza fÃsica habÃa aumentado considerablemente gracias a la mejora corporal, lo que hacÃa posible una sesión de entrenamiento tan larga.
A pesar de ello, el incesante entrenamiento pasó factura a Siwoo, dejándolo agotado.
Le dejaba sin aliento, empapado en sudor y con los músculos doloridos.
Pero ésta era la recta final.
En el fondo, sabÃa que ganar contra ella no era más que un sueño.
Aun asÃ, no podÃa evitar la esperanza de ver el más mÃnimo atisbo de sorpresa en el rostro de la Duquesa después de haber soportado semejantes penalidades.
Respiró hondo.
El aliento caliente que exhaló le despejó la cabeza al instante.
Su cuerpo, que habÃa estado innecesariamente tenso, empezó a relajarse, pero al mismo tiempo estaba listo para saltar como una cuerda de arco tensada.
-¡Smack!
Visualizó la imagen en su mente.
De cómo estrechaba la distancia entre él y su oponente, igual que una flecha liberada o una repentina ráfaga de viento.
Su cuerpo mejorado con maná se movió en perfecta armonÃa con su imagen mental mientras cargaba hacia delante.
En un instante, Eloa estaba ante él mientras él centraba toda su atención en ella.
Esto le permitió captar todos los detalles del aspecto de Eloa, como si la estuviera fotografiando.
Como de costumbre, llevaba pantalones de entrenamiento y un cortavientos holgado. Con la cremallera desabrochada, dejaba al descubierto un sujetador deportivo blanco.
Pero en lo que él se fijaba era en sus movimientos en general.
Incluso alguien tan hábil como ella necesitaba realizar previamente ciertos movimientos para que sus técnicas funcionaran.
Estos movimientos incluÃan acciones sencillas como echar hacia atrás la pata trasera o extender los brazos.
Pensaba utilizar esas sutiles señales para anticiparse a sus próximos movimientos.
“¡Hap!”
Siwoo lanzó el puño hacia delante con todas sus fuerzas.
Ya estaba impregnado de Fa Jin mientras salÃa disparado en lÃnea recta.
Incluso Eloa sufrirÃa una lesión grave si este golpe le diera en el estómago.
Pero eso no era motivo para que se contuviera.
No era la primera vez que probaba este tipo de movimiento. De hecho, antes habÃa hecho movimientos aún más arriesgados.
Porque estaba seguro de que Eloa lo bloquearÃa de todos modos.
Tal y como esperaba, ella empujó su pequeño cuerpo hacia sus brazos, como si intentara empujarle.
Sus manos rodearon su brazo extendido como una serpiente enroscada alrededor de su presa.
Entonces le giró ligeramente el brazo y, antes de que se diera cuenta, sus piernas, que corrÃan hacia ella, recibieron una patada de ella, haciéndole perder el equilibrio al desplazarse hacia delante su centro de gravedad.
“¡Uf!”
Normalmente, se habrÃa golpeado contra el suelo.
Pero no se dejó caer. En lugar de eso, se agarró a los hombros de Eloa y desplazó su peso hacia atrás.
El repentino cambio de dirección supuso un gran esfuerzo para su cintura.
Pero con eso, consiguió mantenerse firme, aunque a duras penas.
“¿Oho?”
Eloa soltó una risita, claramente impresionada por su movimiento.
Era la primera vez que conseguÃa resistirse tanto a ella desde que empezaron su sparring.
Aunque utilizaba sobre todo la fuerza bruta, conseguÃa anticiparse a sus movimientos.
Al final, Siwoo se encontró en una situación en la que parecÃa que Eloa intentaba levantarle y él la rodeaba con los brazos por detrás.
Continuaron forcejeando en esta posición.
De hecho, Eloa conocÃa muchas formas de salir de esta situación.
Pero, como era la primera vez que él llegaba tan lejos, despertó su curiosidad por saber cuál serÃa su siguiente movimiento.
“Ahora que estamos atrapados aquÃ, ¿qué vas a hacer?”.
Siwoo, que habÃa estado concentrado en dominar a Eloa, volvió a la realidad al oÃr sus palabras.
Fue entonces cuando se dio cuenta de algo.
El hecho de que estaban literalmente atrapados.
Pero como ella seguÃa agarrada a su brazo, no podÃa apartarla.
Ambos seguÃan aferrándose el uno al otro con fuerza.
“Um… ¿Duquesa?”
“Aún no ha terminado. Aunque estemos atrapados aquÃ, sé que tienes tu manera de salir de esta situación. Además, es la primera vez que me pillas asà desprevenida, asà que enséñame algo bueno”.
Esas palabras casi se le escapan de la lengua.
Su situación era grave, monstruosamente grave.
Porque la cabeza de Eloa, con su pelo rosa meciéndose, estaba justo debajo de su barbilla.
Siwoo sabÃa muy bien que oler el aroma de una bruja podÃa excitarle.
Y la parte superior de su cabeza era la parte de su cuerpo de donde procedÃa el olor más fuerte.
Para empeorar las cosas, su entrepierna estaba presionada contra la parte baja de su espalda.
Ella se darÃa cuenta si aumentaba de tamaño.
No era una buena situación para hablar de “¿Qué hacer cuando consigues agarrar a tu oponente por detrás?”.
Sin embargo…
Aún tenÃa que pensar en algo y liberarse.
Aunque sabÃa que no era seguro estar tan cerca de ella…
Sus sentidos ya estaban nublados por la lujuria mientras respiraba el intenso aroma de su pelo.
Notó el ligero sudor de su cuello.
Y sintió sus nalgas redondas y respingonas presionando contra su muslo.
Todas estas sensaciones le hacÃan girar la cabeza.
Se sentÃa como en trance, deseando abrazarla con fuerza por detrás.
“¿Eh…?”
Eloa ladeó ligeramente la cabeza.
Percibió que la lucha de Siwoo se habÃa debilitado.
En cambio, la respiración que sentÃa en su oÃdo se hizo más intensa hasta el punto de preguntarse: “¿Siempre ha sido asà de intenso?”.
Al cabo de un momento, sintió que algo duro le presionaba la espalda.
Al igual que Eloa, Siwoo también iba cómodamente vestido con su ropa de entrenamiento.
Una de sus manos la sujetaba y la otra la rodeaba por el cuello, intentando estrangularla por detrás.
En ese momento, acudieron a su mente los recuerdos de cuando vio el coito de Siwoo. Recordó cómo la habitación palpitaba con su intensa pasión, que recordaba a la de una bestia salvaje.
Y, lo que era más importante, recordó su grueso y carnoso eje que se entrometió en el jardÃn secreto de Sharon.
Tuvo una corazonada.
Que el objeto duro que presionaba su cintura era…
“¡Ugh-!”
SentÃa que el vello de su cuerpo se erizaba como el de un gato en agua caliente, mientras soltaba rápidamente el brazo de él y se retorcÃa para escapar.
Normalmente, ni se le ocurrirÃa huir de nada ni de nadie, pero ésta era una excepción entre las excepciones.
“Ah…”
Al alejarse, su olor se fue desvaneciendo poco a poco.
Naturalmente, la intensa lujuria de Siwoo, que habÃa surgido de forma anormal, se calmó como si le hubiera salpicado agua frÃa.
‘Maldita sea…’
¿Un simple discÃpulo se atreve a presionar su miembro erecto contra el cuerpo de su Maestra durante su sagrado tiempo de entrenamiento?
Teniendo en cuenta su ser habitual y su porte digno, Siwoo no pudo evitar una sensación de pavor al imaginar qué clase de mirada desdeñosa le dirigirÃa.
No habÃa lugar para excusas.
Aunque intentara justificarse, ni siquiera confiaba en poder persuadirla.
Por suerte para él, la mirada desdeñosa que esperaba no se produjo.
En lugar de eso, le miró fijamente con los ojos más abiertos que jamás habÃa visto en ella mientras le temblaba la barbilla.
“Tú…”
Esta reacción de asombro de ella significaba que lo sabÃa todo.
Asà que esperó en silencio el castigo inminente.
Aunque no era su intención hacer que ella mostrara una expresión tan desconcertada…
No, no…
‘Tengo que disculparme al menos…’
Cuando estaba a punto de hacerlo, Eloa habló primero.
“A juzgar por la falta de fuerza en tus actos, pareces agotado…”.
Sorprendentemente, Eloa no le regañó.
De hecho, ni siquiera mencionó lo que acababa de ocurrir.
“Puede que te haya presionado demasiado. Quizá sea mejor que lo dejemos por hoy”.
“Lo siento, pero puedo explicarlo todo…”.
“No, entiendo que lo hayas hecho lo mejor que has podido, asà que… En vez de preocuparnos por las cosas, tomémonos un descanso hasta mañana”.
Por un breve momento, hubo una pequeña esperanza en el corazón de Siwoo: “¿Quizá no se dio cuenta?”.
Sin embargo, por mucho que intentara ocultarlo, su reacción dejó claro que era consciente de la dura vara que le presionaba la espalda.
Era como cuando una madre pilla a su hijo masturbándose y le dice torpemente: “¿Qué estabas haciendo? Deja de jugar y sal de tu habitación” y dejarle en paz.
Su voz temblaba ligeramente de vergüenza, como si no supiera qué decir a continuación.
Mientras tanto, sus ojos vagaban sin rumbo fijo.
Y también estaba inquieta, lo que sugerÃa que querÃa marcharse rápidamente.
“Ya has trabajado bastante hoy. Hasta mañana”.
Eloa retiró rápidamente la barrera interdimensional antes de bajar las escaleras con pasos chirriantes, moviéndose como una muñeca de madera rota.
No tuvo tiempo de detenerla ni de decirle nada más.
Sólo pudo verla alejarse, sintiéndose impotente y perdido.
2.
“¿Ya has vuelto? Perdona, estaba haciendo mi trabajo, no me he fijado en ti”.
Cuando abrió la puerta, Sharon estaba allÃ, sentada ante su escritorio, con un ordenador a un lado y un cuaderno al otro. Estaba escribiendo algo en este último.
Últimamente habÃa estado estudiando acciones e inmuebles para aumentar sus ahorros.
Resultaba que tenÃa una gran habilidad para ganar dinero.
Por otra parte, todas las brujas eran genios, asà que si ponÃan toda su mente en ganar dinero, no era extraño que se hicieran ricas.
La única razón por la que llevaba tanto tiempo luchando contra la pobreza era porque cada vez que conseguÃa algo de dinero, se lo quitaban antes de que pudiera invertirlo.
“Ven aquÃ, debes de haber trabajado mucho, ¿no? Te daré un abrazo~”
Sharon se levantó para abrazarle, que acababa de terminar una dura sesión de entrenamiento, y se sorprendió por su expresión de agotamiento.
“¿Qué pasa? ¿Ha pasado algo?”
“No, es que…”.
“Cuéntame”.
Le miró a la cara.
Cuando ella estaba avergonzada porque la Duquesa la vio semidesnuda aquella vez, a él le habÃa parecido lamentable y simpática.
Pero ahora se arrepentÃa de lo que habÃa hecho entonces.
“Sharon”.
“¿SÃ?”
“Ya sabes, cuando la Duquesa te pilló haciendo… cosas… Lo siento, no entendà muy bien por lo que estabas pasando entonces”.
“¡¿Por qué sacas ese tema de repente?! ¿Te ha dicho algo?”
Casi presa del pánico, Sharon se levantó de un salto.
Aunque habÃa pasado bastante tiempo, la cicatriz emocional en su corazón aún permanecÃa.
Y parecÃa que no se curarÃa pronto.
Siwoo sintió un dolor sordo en el plexo solar.
Ahora comprendÃa la sensación desgarradora que Sharon le habÃa contado antes.
“No, se me ocurrió de repente”.
No estaba seguro de cómo enfrentarse a Eloa mañana.
Aunque podÃa explicarle la situación, sacar el tema en primer lugar era una cuestión totalmente distinta.
‘DeberÃa plantearme tomarme unos dÃas de descanso…’.
“¿Qué quieres decir con eso? En serio, ¿qué pasa?”.
Al borde de las lágrimas ahora, Sharon temblaba nerviosa mientras observaba a Siwoo perdido en sus pensamientos.
“Nada, de verdad. No ha vuelto a sacar el tema desde entonces. Tampoco parece que lo tenga en mente”.
“¿Estás seguro? ¿Seguro de verdad? ¿Te lo juro?”
“Y espero morir. Pero, ¿acaso mi juramento significa algo?”
“¡No eres un mentiroso, asà que puedo creerlo! De todos modos, ¡gracias a Dios! ¡Sentà como si perdiera diez años de mi vida! En serio!”
Sharon lo abrazó con fuerza, acurrucando la mejilla contra su pecho.
Por mucho que él le advirtiera de que estaba todo sudado después de entrenar, ella nunca le hacÃa caso.
HabÃa sido un dÃa realmente agotador para él.
Aunque los humanos podÃan adaptarse bien incluso a las duras rutinas de entrenamiento, él seguÃa mentalmente agotado por todo, asà que necesitaba un respiro.
“Bien, ¿y si hoy nos tomamos un descanso, Siwoo?”.
“¿Tomarnos un descanso?”
“Sabes, hoy es nuestro dÃa de caza, asà que… ¡De todas formas, he reservado una plaza a través de la aplicación!”.
La voz de Sharon se entrecortó, sus ojos parpadeaban nerviosos hacia él.
Fue entonces cuando se dio cuenta de lo que se le habÃa olvidado.
Hoy era su cacerÃa de Homúnculos programada.
A pesar del incidente de la Flauta de Dagon, seguÃan yendo regularmente a cazar más Homúnculos en Hongdae y Sinchon tras un breve descanso.
No sólo no querÃan que nadie fuera vÃctima de esos Homúnculos, sino que la caza también contribuÃa a los ingresos de Sharon.
Aunque no se habÃan topado con ninguno desde el último, el Perro Madre.
De todos modos, cuando mencionó la reserva, significaba que ya habÃa reservado un hotel para que se alojaran después de la caza.
Eloa se alojaba abajo y, por desgracia para ellos, la caja de música no podÃa bloquear completamente la onda de maná.
Por eso, si practicaban s*xo en casa, la Duquesa se enterarÃa, asà que decidieron pasar una noche juntos en un hotel cercano para hacerlo en su lugar.
“Mm…”
Al principio, Siwoo tenÃa ganas de tomarse un descanso hoy.
Pero, al ver a Sharon zumbando de emoción mientras agitaba su teléfono, no pudo evitar dejarse llevar por ella.
“Prepárate, yo me cambiaré primero”.
“¡Entendido!”
Cuando terminaron de arreglarse, ambos salieron por la noche, algo que hacÃa tiempo que no hacÃan.