ATG Capitulo 2127 Llegan los de todos los reinos
Hace cien años, durante la última Reunión de la Tierra Pura, Meng Kongchan llegaba de los últimos. En aquel tiempo, siendo el único de los seis reinos de dios que no tenía un portador divino, cada vez que se encontraba con los demás Regentes Divinos sentía que su cabeza se inclinaba hasta el suelo.
Luego vino el nacimiento y la desaparición de Meng Jianyuan, seguida del despertar de Meng Jianxi; con eso, Meng Kongchan finalmente pudo levantar la cabeza sin vergüenza.
Pero esta vez fue completamente distinto. Acompañado de sus dos hijos divinos —uno de ellos con una Esencia Divina perfecta— el Regente Divino Sin Sueños avanzó con las manos a la espalda y la cabeza en alto, entrando en la Cima Edénica entre las Nubes. Sus ojos, tan altivos que parecían mirar por encima del mundo, recorrieron el entorno con serenidad, notando que los otros cinco reinos aún no habían llegado.
“Su majestad parece tener la cabeza casi alzándose hasta el cielo”, bromeó el segundo maestro de salón, Meng Zhaoyang, riendo.
El quinto maestro de salón, Meng Chaofeng, murmuró en voz baja: “Ha soportado humillaciones durante decenas de miles de años. Ahora que tiene dos hijos divinos bajo su amparo, y uno de ellos con una Esencia Divina perfecta que deslumbra al mundo, es natural que quiera desahogar todos esos milenios de frustración.”
Los dos hermanos se miraron y sonrieron. Ya podían imaginar cómo Meng Kongchan se mostraría altanero cuando se reuniera con los otros Regentes Divinos. Después de todo, un Regente Divino, en esencia, era alguien que portaba el poder de un dios verdadero .
El Reino de Dios Tejedor de Sueños fue el primer reino de dios en llegar, aunque no el primer poder presente. En aquel mundo blanco puro, tres figuras ya esperaban desde hacía tiempo. Cuando el Reino de Dios Tejedor de Sueños arribó, los tres se adelantaron respetuosamente.
El viejo que encabezaba el grupo sonrió: “Jeje, apenas han pasado unos años sin vernos, y la presencia del Regente Divino Sin Sueños se ha vuelto aún más majestuosa. Qué envidia provoca.”
Meng Kongchan no se mostró arrogante; respondió con una sonrisa cortés: “También llegan buenas noticias desde el lado de los dragones. Felicitaciones, Maestro Dragón.”
(no recuerdo bien si antes le puse señor dragón o maestro dragón)
La raza dragón había decaído, muy por debajo de los seis reinos de dios, pero como la única raza de bestias profundas superviviente del Abismo, conservaba un estatus especial. En cuanto a antigüedad y linaje, el Maestro Dragón superaba a todos los Regentes Divinos actuales, y tenía la autoridad para tratarlos de igual a igual.
Los dos dragones detrás del Maestro Dragón avanzaron medio paso e hicieron una reverencia.
“El Dragón Asistente Izquierdo, Long Chixin, saluda al Regente Divino Sin Sueños.”
“El Dragón Asistente Derecho, Long Qianxin, saluda al Regente Divino Sin Sueños.”
“Chixin, Qianxin…” murmuró Yun Che suavemente. “Parece que el asunto de la herencia preocupa mucho a los dragones.”
“Siempre ha sido así.”
Meng Jianxi comentó: “Se dice que incluso entre los dragones antiguos del mundo exterior, la descendencia siempre fue difícil. Aquí en el Abismo, después de tantos años bajo la erosión del Polvo del Abismo, su capacidad para reproducirse se ha vuelto extremadamente débil.”
“El Maestro Dragón tiene una edad tan avanzada que pocos recuerdan su verdadero nombre. Solo hace ocho ciclos de sesenta años obtuvo por fin un heredero dragón: el actual joven maestro Dragón, Long Wangchu, el único descendiente directo del linaje del Dragón Ancestral. Es realmente digno de compasión.”
“Sin embargo,” bajó un poco la voz Meng Jianxi, “aunque el linaje decae, la fuerza del Maestro Dragón no puede subestimarse. Su cultivo está en la mitad del Reino Divino Final, pero su cuerpo dracónico no puede compararse con el de los humanos. Mi abuelo, Meng Cangji, solía decir que incluso en el pico del Reino Divino Final, no tenía la certeza de poder derrotar al Maestro Dragón.”
“Los dos asistentes, Long Chixin y Long Qianxin, también están en el Reino Divino Final… pero la decadencia del linaje dragón es un hecho irreversible. Cuesta imaginar cuán bajo caerá su raza cuando Long Wangchu herede el trono.”
Al mencionar a Long Wangchu, Meng Jianxi no ocultó su desprecio. Según la información reunida por el Salón Xuanji durante estos años, ese joven dragón era un completo inútil en todos los sentidos. Sin embargo, era el único heredero legítimo, la única opción. Qué triste y ridículo.
En ese momento, el Maestro Dragón fijó su mirada en Yun Che. “Este joven debe de ser el Hijo Divino Yuan, el que el Reino de Dios Tejedor de Sueños perdió y recuperó, y cuya Esencia Divina perfecta ha asombrado todo el Abismo.”
Meng Kongchan sonrió: “Los ojos del Maestro Dragón ven con sabiduría. Así es, este es mi hijo Jianyuan, conocido también como Yun Che.”
Yun Che avanzó con respeto. “Soy el joven Yun Che. He admirado por largo tiempo la reputación del Clan dragón. Poder conocer hoy al Maestro Dragón es un gran honor.”
Tal cortesía conmovió al viejo Maestro Dragón, que ya estaba acostumbrado a inclinarse ante los reinos de dios.
Su rostro arrugado se iluminó en una sonrisa. “El porte y la elegancia del Hijo Divino Yuan son tales que cualquiera quedaría fascinado.”
Meng Kongchan disfrutó de la alabanza, sonriendo satisfecho. “Este chico apenas ha vuelto hace unos años, aún es joven, no merece tantos elogios, Maestro Dragón.”
“Su porte como las nubes, su semblante como los astros, y su Esencia Divina perfecta es un milagro celestial. Ningún elogio le queda grande.” El Maestro Dragón hizo una pausa, su sonrisa se tornó amarga. “Comparado con él, mi inútil hijo… Bah, mejor no hablar de eso.”
Meng Kongchan respondió con cortesía: “No diga eso, Maestro Dragón. Aunque no he tenido oportunidad de visitar la Cordillera del Dragón Ancestral, sé que el joven maestro Dragón ha progresado mucho en los últimos años. Seguro tendrá una gran iluminación y alcanzará logros inmedibles.”
“Jeje.”
El Maestro Dragón sonrió débilmente, ocultando la vergüenza en su mirada. “Agradezco las palabras del Regente Divino Sin Sueños.”
Aquella “vergüenza” sonaba como una frase cortés, pero para los dragones asistentes Long Chixin y Long Qianxin tenía un significado muy distinto.
“Es raro ver al Regente Divino Sin Sueños llegar tan temprano”, resonó una voz burlona. De repente, el mundo blanco se iluminó aún más, la luz de las estrellas y la luna descendió desde el cielo, entrelazándose como un sueño. Dos figuras envueltas en resplandores divinos caminaron bajo aquel brillo estelar y lunar.
Tenían la misma figura, el mismo rostro, incluso los pasos y la respiración eran idénticos, como reflejos en un espejo. El poder que los envolvía era inconfundible para Yun Che: ¡el poder de los dioses de la estrella y la luna!
Eran los Regentes Divinos gemelos del Reino de la Estrella y la Luna: el Regente Divino de la Estrella Celestial, Wushen Xing, y el Regente Divino Luna del Cielo, Wushen Yue.
“La Esencia Divina perfecta otorgada al Reino de Dios Tejedor de Sueños provoca la envidia de todos; el esplendor del Regente Divino Sin Sueños es renovado”, dijo Wushen Yue con una voz que, aunque masculina, era más suave que la de una mujer.
“¿Qué ocurre?”
Meng Kongchan se giró con una sonrisa. “Después de que me miraran con lástima durante más de diez mil años, ¿no puedo al menos levantar la cabeza un poco ahora?”
“¡Jajajaja!”
Wushen Xing soltó una carcajada, pero su mirada se fijó en Yun Che. “Qué gran Hijo Divino Yuan. A pesar de tener solo el poder de un Maestro Divino, se muestra sereno y sin miedo. Y su aspecto… incluso supera los rumores. En unos años más, cuando madure, quizás el título de primer Hijo Divino cambie de dueño.”
Yun Che se inclinó con respeto. “Yun Che, del Reino Tejedor de Sueños, saluda al Regente Divino de la Estrella Celestial y al Regente Divino Luna del Cielo. Sus palabras me honran demasiado y soy indigno de ello.”
Meng Kongchan sonrió: “Cuando un Regente Divino lo dice, sus palabras valen miles de montañas. Si él dice que lo mereces, entonces lo mereces. Aun el viejo Dian no lo discutiría.”
Los intercambios entre los Regentes Divinos no diferían tanto de los de los mortales. Mientras ellos hablaban, los jóvenes también se saludaban entre sí.
“Yuan’er, este es el Hijo Divino de la estrella Sha Xing, y la Hija Divina de la luna Xian Yue.”
Meng Jianxi los presentó.
“Había escuchado sobre las Gemas Gemelas del Reino de la Estrella y la Luna”, dijo Yun Che con cortesía. “Pueden llamarme Yun Che.”
No miró ni una vez hacia la figura silenciosa en la esquina: Pan Buwang.
Sha Xing y Xian Yue se miraron y sonrieron. “Hijo Divino Yuan, hemos oído sobre su firmeza, pero preferimos seguir llamándolo así. Esperamos que no lo tome a mal.”
“Son muy amables.”
Yun Che respondió con una sonrisa educada, sin cercanía ni distancia.
Entonces, la mirada de Meng Kongchan se posó en aquella figura disonante.
“¿Eh?”
Alzó una ceja. “¿Y tú eres…?”
Sintiendo la atención del Regente Divino Sin Sueños, Pan Buwang avanzó y se inclinó. “Soy Pan Buwang, saludo al Regente Divino Sin Sueños.”
El antiguo Hijo Divino de la Mariposa Valiente… ¿cómo no lo reconocería Meng Kongchan?
Miró a los Regentes de la Estrella y la Luna, preguntándose por qué lo habían traído.
Antes de que ellos respondieran, una voz fría retumbó detrás.
“Hmph. El Reino de la Estrella y la Luna sí que está ocioso. No solo acogen al hijo repudiado de mi clan, sino que incluso desperdician un puesto para traerlo a la Tierra Pura. ¿Debería pensar que lo hacen solo para humillarme?”
La luz se volvió oscura. El Regente Divino Súplica Persistente, Yusheng, apareció en silencio. Su presión diabolica, invisible pero aplastante, volvió el aire gélido.
Wushen Xing giró la cabeza y respondió con una sonrisa leve: “Puede que en su clan sea un repudiado, pero para nosotros es un huésped honorable. Si un huésped pide algo, el Reino de la estrella y la luna no se niega.”
Había sido el propio Sha Xing quien insistió en traer a Pan Buwang, y el Regente Divino finalmente lo permitió.
“Regente Divino Súplica Persistente.”
Temiendo que la tensión creciera, Meng Kongchan intervino rápido: “Pan Buwang puede haber cometido errores, pero sigue siendo su hijo. No hay necesidad de romper completamente los lazos.”
“Je, Meng Kongchan, antes de entrometerte en mis asuntos familiares, preocúpate de los tuyos.”
Yusheng lanzó una mirada helada a Yun Che. “No creas que por tener una Esencia Divina perfecta puedes comportarte con arrogancia. Todos saben que este ‘Hijo Divino Yuan’ ni siquiera acepta ser un hijo divino. Ni siquiera reconoce el nombre de Meng Jianyuan y solo quiere que lo llamen Yun Che.”
“Un hijo divino que no quiere serlo, un hijo que no reconoce a su padre. Qué farsa más grande.”
Pero esas palabras no alteraron el semblante de Meng Kongchan. Al contrario, levantó las cejas con orgullo. “El Regente Divino Súplica Persistente no se equivoca. Así es Yuan’er.”
“Durante los años que estuvo perdido, fue su maestro quien lo salvó. El nombre Yun Che fue un regalo de su maestro. Aunque haya regresado, su memoria sigue incompleta; no puede identificarse del todo con el nombre Meng Jianyuan. Pero no olvidará jamás la gracia de su maestro ni el nombre que él le dio.”
Miró a Yusheng con altivez. “¿Acaso hay un hombre en el mundo que no desee ser hijo de un Regente Divino? ¿Que no anhele ser un hijo divino? Solo mi Yuan’er, ante la más grande de las glorias, no sacrifica su gratitud ni su lealtad. ¡Tal nobleza y virtud sí honran al Reino Tejedor de Sueños y al nombre Meng Kongchan!”
Luego alzó el mentón y añadió con una sonrisa cortante: “Pero según tus palabras, Regente Divino Súplica Persistente, ¿acaso ser un hombre significa buscar solo el beneficio, dejando atrás la gratitud y la lealtad?”
“¡Bien dicho! ¡Jajajajaja!”
Una risa poderosa retumbó, sacudiendo los oídos de todos.
El Regente Divino Ilimitado y el Regente Divino Pintura del Corazón, Hua Fuchen, llegaron juntos, y su aura divina disipó completamente la frialdad en el aire.
“Viejo Meng, ¿desde cuándo te volviste tan elocuente?”
Ilimitado se acercó a Meng Kongchan y dijo riendo: “Antes apenas hablabas unas palabras cuando venías aquí… Parece que el chico Yuan te ha devuelto la confianza, ¡jajaja!”
Su tono era desenfadado, sus gestos libres, sin la menor solemnidad de un Regente Divino.
Meng Kongchan no se molestó, sino que asintió con franqueza. “Así es. Se podría decir que el padre brilla gracias al hijo, y no estaría mal.”
Ambos Regentes Divinos se rieron, mientras Yusheng resoplaba con desprecio y se daba la vuelta, en silencio.
La mirada de Yun Che se cruzó fugazmente con la de Hua Caili; ambos desviaron los ojos al instante.
Antes de venir, Hua Caili también había recibido las mismas advertencias de Hua Fuchen y Hua Qingying.
Ante el Emperador del Abismo y los Regentes Divinos, por el bien del futuro, debían mantener el máximo autocontrol y no mostrar ni una grieta.
Yun Che giró con calma y se encontró con la mirada de Dian Sansi. Su rostro estaba sereno, sus ojos tranquilos, pero Yun Che sabía muy bien que detrás de ellos ardía un fuego infernal reprimido por la razón.
La comisura de sus labios se curvó apenas en una sonrisa leve. Para los demás, parecía un saludo cortés, pero para Dian Sansi fue una burla. Apretó los puños; sabía exactamente qué desprecio y provocación se escondían tras aquella expresión.
Las palabras de Yun Che, venenosas y humillantes, seguían clavadas en su alma como miles de agujas. Por más que fingiera calma, aquella vergüenza ardía dentro de él.
Entonces Dian Jiuzhi dio un paso al frente y le sonrió. “Hermano Yun, escuché a mi padre decir que habías visitado nuestro lugar, pero por desgracia no pude verte. Lamento no haber estado. La última vez que conversamos en el Reino Tejedor de Sueños aprendí mucho de ti; fue una charla inolvidable.”
“Cuando termine esta reunión de la Tierra Pura, te visitaré dentro de diez días para seguir conversando. ¿Tendrás tiempo?”
La reacción de Dian Jiuzhi sorprendió a Yun Che. En sus ojos no había odio, solo sinceridad.
Quizás lo ocultaba muy bien, o quizás Yun Che no podía percibirlo. De cualquier modo, respondió con una sonrisa: “Hermano Dian, si vienes, serás siempre bienvenido.”
“Je, esos dos muchachos ya se llaman hermanos.”
Ilimitado soltó una carcajada y tomó del brazo a Meng Kongchan y Hua Fuchen. “Nuestra amistad es inquebrantable. ¡Incluso nuestros herederos son familia! Un par son hermanos, otro par son prometidos. ¡Magnífico! ¡Jajaja!”
(jaksjaksa XD y no diré más)
“Por supuesto.”
Hua Fuchen sonrió. “Juramos de niños ser amigos eternos, sin importar el destino ni los rencores. Nunca olvidaremos ese juramento.”
Sus palabras eran sinceras, aunque su sonrisa y la de Meng Kongchan no eran tan francas como la de Ilimitado.
Los cinco reinos habían llegado. Solo faltaba el Reino de la Noche Eterna, pero nadie lo mencionó.
Mientras los demás conversaban y competían con palabras, Yun Che se acercó discretamente al rincón más silencioso, donde estaban los dragones.
“Maestro Dragón, ¿podría preguntarle si entre su clan existe alguien llamado ‘Long Jiang’?”
(El proximo cap esta pero uuuuffff)
PD: atg 2128 disponible en patreon
Si les gusta nuestro trabajo aceptamos donaciones por paypal u.u saludos
Recuerden los caps se suben antes en patreon ya disponible el… 2128… Volvió Mars
https://www.patreon.com/devilnovels
Cada Donación es un Gran Aporte Para Nuestro Sitio. Se Agradece.
Si realizas un aporte y hay más capítulos de cierta novela subiremos capítulos extras.

Ya quiero que el regente divino ilimitado se entere y que arda troya quiero intentos de asesinato y que corra sangreeeeeeeeeeee…!
MUCHAS GRACIAS POR EL CAPITULO, COMPITA
Gracias por el capitulo
Ya quiero que se armen los madrazos, el chetos cargandose a los de la extinsion divina con solo el maestro divino, su pequeño pupilo mandandose a los representantes de su padre con el control de la oscuridad al 100%, y Qingyue aplicandoles una rasurada brasilera en la cara a sus adversarios xD
Y Yun Che, “traiganle al hermano Diana, un sombrero verde, que diga, una copa de vino, para celebrar ” xD
Reaparecio la perra…..
Gracias por el capítulo!
Gracias por el capitulo!