ATG Against the gods Capitulo 2054 Caili
Un destello de luz atravesó el aire, con innumerables destellos de espada, cortando instantáneamente toda la vida del Dragón Cornudo de la Extinción Divina.
Su cuerpo de dragón colapsó como una roca quebradiza, desmoronándose en pedazos sobre el suelo.
La figura de Hua Qingying descendió del cielo, sin dirigir ni una sola mirada al Dragón Cornudo del Abismo, apareciendo de repente frente a Hua Caili.
Sintiendo su débil pero persistente energía vital, que ya había escapado de las garras de la muerte, Hua Qingying soltó un suspiro de alivio, como si renaciera después de una calamidad.
Sin tener tiempo para preocuparse por Yun Che, Hua Qingying extendió un dedo, concentrando una suave luz profunda en su punta, apuntando al pecho de Hua Caili.
Pero justo cuando sus dedos tocaron el cuerpo de Hua Caili, se retiraron bruscamente, como si hubieran tocado algo eléctrico.
Lo que había sentido era un calor inusualmente intenso.
No tuvo tiempo para sorprenderse cuando, en ese breve instante, vio claramente que las mejillas de Hua Caili, así como toda la piel expuesta, comenzaban a tomar rápidamente un color rosado y delicado.
Frunciendo ligeramente el ceño, Hua Qingying volvió a posar sus dedos sobre ella, haciendo que una corriente de energía profunda extremadamente suave recorriera rápidamente el cuerpo de Hua Caili. Lo que percibió fue un calor abrasador que se extendía por todas partes.
Incluso sus ojos, apenas entreabiertos, revelaban una debilidad anormal y una confusión desconcertante. A pesar de estar tan cerca, parecía no reconocerla.
Esto… es…
“Es… la sangre de ese… dragón cornudo… ¡rápido… sálvala!”
Una voz débil y ansiosa llegó a sus oídos.
Hua Qingying miró de reojo y entonces se dio cuenta de que Yun Che tampoco tenía un aspecto normal, su rostro estaba aún más enrojecido que el de Hua Caili. A esa distancia, incluso podía sentir el calor ardiente de su respiración.
¿Un dragón cornudo?
Miró el cadáver del dragón que había destruido, y efectivamente todos los rasgos visibles correspondían a un dragón cornudo.
La sangre de los dragones es notoriamente lujuriosa, y entre ellos, la del dragón cornudo es la peor… Este registro sobre los dragones, que siempre le había parecido insignificante y que jamás le había prestado atención, emergió de repente en su memoria.
La sangre de dragón es de un yang extremo, no es veneno, pero en cierto modo, es más temible que el veneno. Por lo tanto, llamarla “veneno lujurioso” no sería exagerado.
Sin embargo, por más intensa que fuera la sangre de dragón, no representaba una amenaza para personas de su nivel. Incluso si se tratara de la sangre de un dragón cornudo del Reino de la Extinción Divina, un Maestro Divino o un Soberano Divino podrían dispersarla fácilmente.
Pero Hua Caili estaba gravemente herida, incapaz de resistir siquiera un poco, y la sangre del dragón cornudo, al caer sobre su cuerpo, la invadió por completo en un instante.
“Ya veo”.
Hua Qingying murmuró para sí misma, tranquilizándose mientras sus dedos, iluminados por una suave luz profunda, se posaban sobre el pecho de Hua Caili.
Una respiración… dos respiraciones…
La luz suave permanecía quieta en la punta de sus dedos, como si se hubiera quedado congelada. Al cabo de un momento, sus dedos comenzaron a temblar ligeramente.
Hua Caili estaba demasiado débil. La sangre del dragón cornudo no había encontrado resistencia alguna y se había extendido por todo su cuerpo, penetrando en su sangre, sus meridianos e incluso su mar de alma.
No solo estaba gravemente herida, estaba al borde de la muerte, su vida pendía de un hilo.
En ese estado, si intentaba dispersar la sangre con fuerza…
Antes de que el “veneno lujurioso” desapareciera, sus últimos vestigios de vitalidad se extinguirían.
¿Cómo… podía ser así?
Si tan solo Hua Caili hubiera conservado una mínima capacidad de resistencia, no habría sido invadida hasta tal punto.
Si sus heridas hubieran sido un poco menos graves… solo un poco…
Apretando los dientes, la luz profunda en sus dedos finalmente penetró en el cuerpo de Hua Caili… pero al instante se retiró de golpe, sin atreverse a continuar.
Si curaba primero sus heridas, la explosión del veneno lujurioso sería devastadora…
Si dispersaba la sangre a la fuerza, era probable que…
“Mayor…” La voz de Yun Che volvió a llegar a sus oídos, como si su vacilación hubiera intensificado su desesperación. Cada palabra estaba cargada de urgencia: “¡Sálvala… rápido… ahora no tiene ninguna defensa… si no la salvas… su alma y corazón serán devorados por el fuego!”
“¡Cállate!” Hua Qingying estaba cada vez más angustiada. Nadie en el mundo deseaba más que ella salvar a Hua Caili.
Apenas un momento antes, había sido testigo de un milagro, de un renacimiento tras la calamidad, pero ahora, de repente, estaba en una situación de impotencia.
De pronto, pensó en algo y miró a Yun Che: “¿Tu poder profundo de luz puede…?”
Pero al fijarse en Yun Che, no pudo continuar la frase.
Su atención había estado completamente en Hua Caili, y solo en ese momento notó cuán gravemente herido estaba Yun Che.
Si no fuera por su línea de sangre de dragón, esas heridas habrían sido fatales para cualquier otra persona.
Él había atravesado al dragón cornudo con su espada y había sido empapado en mucha más sangre de dragón que Hua Caili. Con sus heridas y su debilidad, su situación era incluso peor que la de Hua Caili.
En ese estado, ¿cómo podría activar su poder profundo de luz? Si pudiera, ya habría comenzado a curarse.
Cargando a Hua Caili, Hua Qingying miró a su alrededor, perdida.
El mundo sombrío giraba caóticamente a su alrededor, dejándola sin saber qué hacer.
El aliento ardiente que emanaba de los labios de Hua Caili no podía disipar el frío que congelaba el corazón de Hua Qingying.
¿En esta situación, de verdad la única opción era confiar en la fusión de yin y yang para salvarla…?
No… ella es Caili, la hija de mi hermano y Wanxin… la diosa del Reino de Dios Rompe Cielo… ella es…
¿Cómo podría…?
¿Cómo podría…?
Pero aparte de eso, ¿qué otra opción quedaba…?
¿Qué otra forma había de salvarla…?
La sensación de impotencia se convirtió en una mareante desesperación, nublando su visión, mientras su mente parecía perderse en un torbellino de caos y confusión.
“Joven… maestro… Yun…”
El murmullo suave, casi un ensueño, de Hua Caili rompió las defensas que Hua Qingying había intentado mantener.
Con un leve tambaleo, Hua Qingying llevó a Hua Caili frente a Yun Che. Mirando al hombre ensangrentado frente a ella, dejó escapar dos palabras con voz ronca: “¡Sálvala!”
(ajskakjsa ya me imagino la cara del yu che por dentro sonriendo)
Esas dos palabras no fueron tan difíciles de pronunciar como había pensado. Porque cada gota de sangre que Yun Che había derramado era por Hua Caili.
Yun Che quedó atónito, comprendiendo de inmediato lo que Hua Qingying insinuaba. Su cuerpo, debilitado, intentó retroceder mientras su voz, aunque débil, sonaba firme: “No… ella es una hija divina… y está comprometida… ¡no puedo mancillar su pureza!”
“¡Tú, mayor, con tu poder celestial, puedes salvarla!” Estas palabras, que en otras circunstancias serían un halago, solo profundizaron el sentimiento de vergüenza y desesperación en el corazón de Hua Qingying en ese momento.
Al enfrentar la belleza deslumbrante y el estatus de hija divina de Hua Caili, su reacción fue rechazarla… lo que, en cierta medida, alivió el conflicto interno de Hua Qingying.
Su pecho subía y bajaba, con cada palabra cargada de dolor: “¿Así que prefieres verla condenada a un sufrimiento eterno, peor que la muerte?”
Yun Che se quedó inmóvil, con los ojos que alternaban entre la desesperación y la lucha interna.
Hua Caili fue colocada junto a las rodillas de Yun Che, y Hua Qingying se dio la vuelta abruptamente: “Aunque estás gravemente herido, tienes la sangre del Dios Dragón, aún tienes fuerzas para salvarla.”
Aunque intentaba controlarse, incluso ella misma podía sentir cómo su voz temblaba claramente:
“¡Si no la salvas, te mataré ahora mismo!”
(ajsjasa si es asi no tengo otra opcion dice el yun che xD)
Antes de que Yun Che pudiera responder, Hua Qingying ya había elevado su cuerpo en el aire y lanzó una barrera de aislamiento que encerró el espacio en el que se encontraban Yun Che y Hua Caili.
En el instante en que la barrera se formó, Hua Qingying se detuvo bruscamente, sus dedos temblaron en el aire, pero finalmente los retiró, volando hacia el cielo sin volver la mirada.
¡Whoosh!
Una multitud de haces de espada descendieron violentamente, destruyendo por completo los restos del Dragón Cornudo del Abismo, reduciéndolo a pequeños fragmentos.
Había vertido la mayor parte de la sangre pura de dragón en el cuerpo del Dragón Cornudo del Abismo, pensando que Hua Qingying podría investigar la sangre de este dragón.
Claramente, fue demasiado precavido.
La antigua Diosa Rompe Cielo, ahora la despiadada Inmortal de la Espada, no se interesaría en algo tan insignificante como un dragón cornudo.
Si no hubiera sido por su excepcional poder del alma, la antigua mención de “la sangre de los dragones es peligrosa, y la del dragón cornudo es la peor” ya se habría desvanecido de su memoria.
…
Li Suo cerró su percepción en el momento adecuado.
Lo había logrado.
Había pasado menos de un año desde que entró en el abismo, y con un poder del tercer nivel del Reino Maestro Divino, había forzado a Hua Qingying, la Inmortal de la Espada, la primera bajo los dioses verdaderos del abismo, al límite en dos ocasiones.
Especialmente la segunda vez, con la aparición oportuna del Dragón Cornudo del Abismo, las heridas de Hua Caili, y sus propias heridas, todo encajaba perfectamente, obligando a Hua Qingying, a pesar de su inmenso poder, a no tener más opciones.
Llegar a este punto… sin duda debe haberlo agotado.
…
Reino de Dios Ilimitado.
Dian Jiuzhi, vestido con una túnica sencilla de un solo color, sobria y sin adornos, irradiaba una elegancia y nobleza que incluso las telas de seda no podían igualar, debido a su majestuosa presencia como el primer hijo divino de los Seis Reinos.
Aquí no había polvo del abismo, y el agua de los manantiales era tan clara como un espejo, fluyendo suavemente. Dian Jiuzhi, bañado en el sonido del agua, observaba silenciosamente la palma de su mano.
Solía quedarse allí durante mucho tiempo, cada vez que se encontraba en ese lugar.
En su palma, sostenía cuidadosamente una rama de nube de colores, protegida por una luz profunda. Aunque la rama era pequeña, las hojas que florecían con nubes de colores en ella eran notablemente más grandes de lo normal.
El mismo lugar, el mismo gesto, la misma rama, preservando las mismas memorias y pensamientos.
————
¡Bang!
Su cabeza fue brutalmente pateada hacia el lodo. Cuando intentó levantarse, un pie lo aplastó con una fuerza irresistible, impidiéndole cualquier movimiento, dejándolo sólo con el dolor y la humillación a los que ya estaba acostumbrado.
A su alrededor se escuchaban burlas y humillaciones agudas.
“¡Tú, cosa fea! ¿Cómo te atreves a venir aquí? ¡Seguro que viniste a espiar a la Diosa del Cristal Coloreado!”
“¡Bah! Cabezón, ¿no tienes espejos o siquiera una gota de agua para ver tu reflejo? ¡¿Cómo puedes pensar que la Diosa del Cristal Coloreado, una figura tan elevada, sería capaz de soportar la visión de algo tan feo como tú?! Si la asustas, te golpearán hasta matarte, ¡y encima nos harás quedar mal a todos!”
Él dejó de luchar, sabiendo que sólo podía esperar a que el pie que aplastaba su cabeza se retirara por sí solo.
Porque resistirse solo traería más golpes y humillación.
Ellos no estaban equivocados. Había ido allí con la intención de echar un vistazo a la legendaria Diosa del Cristal Coloreado.
Se decía que era la única persona en la historia del Reino de Dios Rompe Cielo en poseer una divinidad perfecta. A pesar de su corta edad, su belleza era incomparable, incluso superior a la de la Inmortal de la Espada Hua Qingying, y se decía que en el futuro sería imposible de imaginar.
Incluso el Emperador del Abismo la había elogiado como un milagro del abismo y el tesoro más preciado de Rompe Cielo.
Había oído que el Regente Divino Pintura del Corazón la había traído de la Tierra Pura, haciendo una parada para visitar al Regente Divino de Ilimitado.
(no recuerdo si fue nombrado antes, debe ser el regente divino del reino de dios ilimitado, pero no puedo saber si es su nombre o su titulo aunque me inclino que es su titulo, como el “pintura del corazón”… pensaré en un buen nombre que le venga pero jue luo yo le pondría como Regente Divino Absoluto Ilimitado, pero por ahora solo iré con Ilimitado)
Lleno de curiosidad y admiración, se escabulló para echar un vistazo desde lejos… solo para ser descubierto y recibir otra ronda de castigo y humillación.
Eran sus hermanos de sangre, todos hijos del Regente Divino Ilimitado.
Pero para ellos, él no era más que un juguete… incluso una vergüenza.
Porque tenía una apariencia peculiar. Aunque su cuerpo era de tamaño de la media, su cabeza era anormalmente grande, casi tan ancha como sus hombros, con rasgos faciales distorsionados y grotescos.
Ya no tenía nombre, porque todos los de su clan solo lo llamaban “Cabezón” o “Cosa Fea”.
Se avergonzaban de tener a alguien como él en su clan.
Desde pequeño, había crecido siendo intimidado. Su padre nunca le prestó atención, y hasta su propia madre lo despreciaba y se mantenía distante. Naturalmente, se acostumbró a sentirse inferior, a despreciarse a sí mismo, y nunca se atrevía a levantar la cabeza.
(pero es obvio si tan cabezón debe costarle levantarla por el peso)
La pequeña chispa de rebeldía que quedaba en él lo llevó a esforzarse en la cultivación… pero su talento también era el más bajo entre los de su clan, destruyendo así su única esperanza de ganar algo de dignidad.
El deseo de echar un vistazo a la legendaria Diosa del Cristal Coloreado surgió de su profunda añoranza por lo bello en el mundo.
Con los ojos cerrados, dejó que lo pisotearan y se burlaran de él. Aquellas palabras llenas de insultos ya no le causaban dolor, estaba entumecido.
“¿Qué están haciendo? ¿Por qué lo están intimidando?”
Sus ojos se abrieron, y su mente quedó aturdida por un momento.
Nunca había escuchado una voz tan hermosa, como un arroyo en un valle profundo o una melodía celestial…
“¿La Di-diosa del Cristal Coloreado…?”
El asombro, el pánico y la incredulidad resonaron en las voces de los hijos reales que lo acosaban, como si alguien les hubiera agarrado la garganta, sus aires altivos se desvanecieron al instante y comenzaron a tartamudear.
El pie que lo aplastaba fue retirado apresuradamente, y quien lo había pisoteado se quedó de pie a un lado, sin atreverse a moverse por un largo rato.
Aunque ambos eran hijos del Regente Divino, la diferencia de estatus entre los hijos divinos e reales era enorme.
Aturdido, se levantó lentamente, y en el momento en que alzó la mirada, su mundo se tambaleó.
Frente a él había una joven vestida de blanco, de catorce o quince años, aún en su juventud. Al cruzar su mirada con la de ella, el mundo entero pareció perder su brillo, y su percepción de la belleza se hizo añicos.
Había imaginado muchas veces cómo sería la Diosa del Cristal Coloreado, para merecer tales alabanzas del Emperador del Abismo. En ese momento, se dio cuenta de que términos como “milagro” y “tesoro” no eran más que los límites extremos de los elogios humanos; ante ella, cualquier palabra se quedaba corta y en su caso solo había palidez y oscuridad
Perdido en sus pensamientos, rápidamente bajó la cabeza, demasiado avergonzado como para mirarla de nuevo. Una profunda sensación de inferioridad lo envolvió como un océano de barro.
“Sus ropas y su aura claramente indican que son del mismo clan. Este lugar está cerca del Templo Divino Ilimitado. Si el Regente Divino Jue Luo se entera de que están acosando a un miembro del clan, seguramente los castigará.”
La joven los regañó, pero su tono carecía de amenaza, solo había una suave melodía celestial en su voz.
Los hijos reales mostraron miedo en sus rostros. El líder de ellos habló rápidamente: “Él… él es el Cabezón, el más infame de nuestro clan. Incluso nuestro padre lo desprecia. Hoy se acercó en secreto, y temíamos que su fealdad pudiera molestar a la Diosa del Cristal Coloreado, por eso… le dimos una pequeña lección. Esperamos que la Diosa no se enoje ni le diga a nuestro padre.”
“¿Cabezón?” La joven mostró una ligera sorpresa y lo miró: “¿Ese… es realmente tu nombre?”
Él sintió su mirada, pero no se atrevió a responderle, y bajó aún más la cabeza… asintiendo levemente.
Había olvidado cuál era su verdadero nombre hacía mucho tiempo.
Aunque estaba acostumbrado a ser humillado, en ese momento, frente a esa joven etérea y de ensueño, que su fealdad fuera expuesta de esa manera hizo que su alma temblara, como si estuviera a punto de romperse en pedazos. Sus dedos, sin saber qué hacer, se clavaron profundamente en su ropa.
A pesar de su respuesta, la joven no parecía creerle del todo. Mirando hacia otro lado, dijo con un tono lo más severo que pudo: “Si saben que está mal, ¿por qué no se marchan de una vez?”
“Ah… sí, sí, nos vamos, nos vamos.”
Ante la hija divina Rompe Cielo, ¿quién se atrevería a contradecirla? Rápidamente retrocedieron, sin atreverse a levantar la cabeza, y pronto se alejaron obedientemente.
Él permaneció allí, sin saber qué hacer.
La joven no se fue de inmediato, sino que se volvió hacia él.
“Este… hermano Cabezón, esto es para ti.”
Aturdido, levantó la cabeza y vio un destello blanco frente a él.
Era una pequeña rama de nubes de colores, una planta que solo crecía en la Tierra Pura. La rama era pequeña, pero sus pétalos eran visiblemente más grandes de lo normal.
Instintivamente extendió la mano, pero dudó en tocarla, y quedó congelado en el aire.
“Esta es una rama de nubes de colores que recogí de la Tierra Pura. Cuando la Abuela Inmortal de los Elementos me permitió recoger una, esta fue la que me llamó la atención de inmediato.”
“Porque tenía los pétalos de nubes de colores más grandes.”
La joven sonrió: “Así que, hermano Cabezón, tú también eres así. Tu singularidad es lo que te hace diferente, no es algo de lo que debas avergonzarte.”
“Si te acosan por tu apariencia, es porque ellos son de alma impura, no porque sea tu culpa. Y no debes rendirte por eso. Tal vez algún día, lo que te hace diferente de los demás te permita florecer como esta rama de nubes de colores y asombrar a todos.”
La joven se marchó… A pesar de su aspecto, ella no mostró ni un ápice de desprecio ni lástima por él.
Se quedó allí, aturdido durante mucho tiempo. Con manos temblorosas, cuidadosamente tomó la pequeña rama de nubes de colores.
La joven no sabía que ese pequeño gesto de bondad cambiaría su vida para siempre.
Desde ese día, su mundo brillaba con luz, y tenía un propósito, una obsesión.
Se dedicó al cultivo con todo su ser, soportando toda clase de burlas y humillaciones, con un único objetivo: volverse lo suficientemente fuerte como para verla, aunque fuera desde lejos.
Hasta que un día, su cabeza zumbó, y su divinidad se despertó…
…
Los recuerdos, que habían girado incontables veces en su mente, reaparecieron nuevamente, detalladamente, ante sus ojos. Hasta su último aliento, jamás olvidaría cada momento de aquel primer encuentro.
Dian Jiuzhi juntó las manos, guardando con sumo cuidado la rama de nubes de colores.
Susurró en su corazón un juramento que había repetido innumerables veces:
“Caíli, mi vida, mi existencia, mi nombre como Hijo Divino, todo lo que tengo es para protegerte.
No permitiré que nadie te haga daño… Si alguien te hiere, aunque sea mínimamente, lo haré pagar con el sufrimiento eterno y la ruina absoluta, sin importar las consecuencias.”
(yaya tranquilo cabezón cornudo)
PD: atg 2056 disponible en patreon, mañana probablemente el 2057
Si les gusta nuestro trabajo aceptamos donaciones por paypal u.u saludos
Recuerden los caps se suben antes en patreon ya disponible el atg 2056 “La Cuna”
https://www.patreon.com/devilnovels
Cada Donación es un Gran Aporte Para Nuestro Sitio. Se Agradece.
Si realizas un aporte y hay más capítulos de cierta novela subiremos capítulos extras.