CapÃtulo 801: ¿Es una broma?
Bai Hao se sintió profundamente conmovido, y sus labios se movieron como si deseara decir algo, pero no encontrara las palabras. Pero entonces… Bai Xiaochun le miró con curiosidad e hizo una pregunta que no pudo contener por más tiempo.
“Oye, ese plan con la Proclamación de Gracia Universal funcionó bastante bien. Me he estado preguntando desde que se te ocurrió si tu inspiración fue ser un hijo bastardo del Clan Bai.”
“Uhh….” Bai Hao se quedó bastante sorprendido. Su Maestro era realmente muy cambiante. En un momento era dominante y heroico, y luego, pasaba a hacer preguntas embarazosas.
Al ver lo curioso que parecÃa su Maestro, Bai Hao dudó un momento y luego asintió.
Cuando Bai Xiaochun vio que su aprendiz admitÃa la verdad, suspiró, luego alargó la mano y volvió a alborotarle el pelo.
“Ahora tiene sentido por qué la Señora Cai querÃa deshacerse de ti….. Ese plan era realmente vicioso….”
“Uhh….” Bai Hao realmente no sabÃa si reÃr o llorar.
Bai Xiaochun tenÃa otras preguntas que querÃa hacer, pero antes de que pudiera, su expresión parpadeó y levantó la vista para ver un rayo de luz roja volando en su dirección.
Mientras aún se acercaba, ¡una voz resonó llenando la Mansión de las Inspecciones!
“¡Bai Hao, desvergonzado de los bajos fondos! Te voy a matar!” Era la voz de una mujer. Pronto apareció a la vista, vestida con una túnica carmesÃ, con su bello rostro contorsionado por la rabia asesina. No era otra que la Señora de Polvo-Rojo, Zhou Zimo.
Anteriormente, Zhou Zimo habÃa estado en meditación recluida intentando salir del Reino Deva inicial, por lo que no se habÃa enterado de la conmoción causada por la Proclamación de Gracia Universal.
HacÃa unos instantes, habÃa salido de la meditación, deprimida por no haber conseguido abrirse paso. Además, sus pensamientos parecÃan lentos y confusos, aunque no estaba segura de por qué. Lo atribuyó a una reacción por haber fracasado en su avance y decidió no preocuparse. Fue entonces cuando se enteró de la Proclamación de Gracia Universal, e inmediatamente estalló en cólera.
Ya detestaba a Bai Xiaochun, y aunque algunos de los asuntos entre ellos eran malentendidos que finalmente se habÃan resuelto, seguÃa odiándole. Sobre todo teniendo en cuenta cómo parecÃa haber dejado de lado al Rey Fantasma Gigante tras ser nombrado comisario de inspecciones.
Y ahora estaba la cuestión de la Proclamación de Gracia Universal. En cualquier otra ocasión, la Señora de Polvo-Rojo habrÃa sido capaz de ver más allá de la superficie de la situación, pero ahora mismo no pensaba con claridad. En su estado actual, tenÃa una mente unidireccional y, por lo tanto, sin tomarse tiempo para reflexionar sobre la situación, voló por los aires. Por el camino, el Rey Fantasma Gigante le envió algunos mensajes, pero estaba tan absorta en su determinación de darle una lección a Bai Xiaochun que los ignoró.
Bai Xiaochun se sobresaltó. Al principio, habÃa supuesto que el Gran Maestro del Cielo habÃa enviado gente para apresarle. Nunca habrÃa imaginado que en realidad se tratarÃa de la Señora de Polvo-Rojo, a quien no habÃa visto en mucho tiempo. Retrocediendo, intentó ofrecer una explicación.
“Zimo, tienes que escuchar…”.
“¡Cállate!”, gritó enfadada. Aterrizando en la Mansión de las Inspecciones, señaló acusadoramente a Bai Xiaochun y continuó: “¡Maldito desagradecido! ¿Eres tú quien está detrás de esa Proclamación de Gracia Universal?”
Fluctuaciones Deva brotaron de ella, convirtiéndose en un rayo de luz carmesà que salió disparado hacia Bai Xiaochun.
Apartando rápidamente a Bai Hao, esquivó el rayo de luz y dijo: “Escucha, puedo expl…”.
Sin embargo, antes de que pudiera decir nada más, la Señora de Polvo-Rojo volvió a atacar.
Estaba en la cima del Reino Deva inicial, y atacaba con toda su fuerza, lo que significaba que Bai Xiaochun no era rival para ella. Más aún teniendo en cuenta que hoy ya habÃa utilizado dos veces el Puño del Emperador Imperecedero. Aunque por fuera parecÃa estar bien, en realidad necesitaba más tiempo para recuperarse.
La Señora de Polvo-Rojo parecÃa muy enfadada por el hecho de que esquivara el obstáculo. A continuación, hizo un gesto de encantamiento para invocar un objeto mágico, un loto rojo, que empezó a girar rápidamente y a proyectar una luz brillante en todas direcciones.
Mientras el aire se llenaba de sonidos retumbantes, Bai Xiaochun retrocedió aún más. El hecho de que la Señora de Polvo-Rojo estuviera atacando con toda su fuerza, y ni siquiera le dejara explicarse, hizo que su ira se disparara.
“¡Vieja loca! ¿De verdad crees que yo, el comisario de inspecciones, te tengo miedo?”. Un simple pensamiento suyo hizo que todas sus tropas de cadáveres alzaran la vista y se erizaran con auras asesinas. Aunque ninguno de ellos atacó, el de armadura plateada dio un paso adelante, con su base de cultivo deva rebosante de poder. Un instante después, el soldado cadáver de armadura negra Cuasi-Reino Deva también dio un paso al frente.
Los dos soldados cadáver empezaron a luchar contra la Señora de Polvo-Rojo, que utilizó su loto rojo para hacerlos retroceder lentamente. Sin embargo, la aparente reacción de su fallido avance pareció empeorar, y su cabeza empezó a nadar de repente. Resoplando frÃamente, contempló el hecho de que en realidad no podÃa matar al maldito Bai Hao. Sin embargo, era sin duda un desgraciado ingrato que se merecÃa una buena paliza.
Considerando lo extraordinarios que eran estos dos soldados cadáver, finalmente dio marcha atrás e incluso se volvió para marcharse. Sin embargo, Bai Xiaochun no estaba dispuesto a dejar las cosas asÃ.
“¡Activa la formación! Sella a esa mujer en su sitio!” Al instante, sus nueve soldados cadáver medio deva salieron volando a campo abierto para rodear a la Señora de Polvo-Rojo. El resto de los 5.000 también se unieron, creando un enorme sello en forma de red que hizo imposible que la Señora de Polvo-Rojo escapara.
En el rostro de la Señora de Polvo-Rojo se dibujó una expresión desagradable al darse cuenta de que estaba atrapada. Al mismo tiempo, su odio hacia Bai Xiaochun se hizo más fuerte. Invocando el poder de su loto rojo, consiguió abrirse paso entre las filas de soldados cadáveres, pero en el momento en que lo hizo, la reacción de su fallido avance empeoró. Su sentido divino no parecÃa capaz de seguir el ritmo de su deseo de luchar, lo que también hizo que su loto rojo se retrasara.
En cualquier otra ocasión, ni siquiera eso habrÃa supuesto un gran problema. Pero se enfrentaba a las dos tropas más poderosas de los cadáveres, y éstas detectaron inmediatamente su debilidad. Presionaron el ataque y se oyeron estallidos mientras el rostro de la Señora de Polvo-Rojo palidecÃa. En ese momento, no importaba lo confusos que fueran sus pensamientos, se dio cuenta de que estaba actuando imprudentemente. Definitivamente, no deberÃa haber venido a causarle problemas a Bai Xiaochun justo después de haber fracasado en un avance, y de sufrir una reacción violenta por ello.
Además, no tenÃa ni idea de que las tropas de cadáveres de Bai Xiaochun fueran de ese nivel. Antes habÃa comandado a 3.000, pero ahora tenÃa a 5.000. Además, el de armadura plateada estaba plenamente en el nivel deva.
“Han pasado demasiadas cosas mientras estaba en la meditación aislada….”, pensó, frunciendo el ceño. Empezó a retroceder, con una expresión desagradable en el rostro, pero al hacerlo, la red creada por los 5.000 soldados cadáver se tensó a su alrededor.
Fue entonces cuando Bai Xiaochun vio la oportunidad de entrar en acción. Saltando hacia delante, cerró la mano derecha en un puño y lanzó un puñetazo hacia ella.
“¡No irás a ninguna parte!”, gritó. Los dos soldados cadáver más poderosos atacaron, respaldados por el resto de los 5.000. La Señora de Polvo-Rojo estaba completamente atrapada, incapaz de liberarse, e incluso su base de cultivo estaba siendo sellada.
Sin detenerse ni un momento, Bai Xiaochun alargó la mano, la agarró del brazo y tiró de ella hacia el suelo. Los dos cayeron y, por casualidad, ella aterrizó de espaldas, con él encima. Inmediatamente, pudo sentir sus suaves curvas, que instantáneamente encendieron un fuego en su interior. Sin siquiera pensarlo, miró sus hermosos y tentadores labios.
“¡Cómo te atreves, Bai Hao!”, gritó ella, con el corazón desbordante de arrepentimiento y alarma, mientras empezaba a forcejear contra él. Sin embargo, su base de cultivo estaba sellada, un efecto que durarÃa al menos el tiempo que tardara en arder media barrita de incienso.
Cuanto más luchaba ella, más hormigueaba el cuerpo de Bai Xiaochun en respuesta a lo que estaba sintiendo. Incluso llegó a respirar hondo mientras se maravillaba de lo atractiva que era. Sin embargo, externamente, puso la expresión más feroz posible en su rostro y la fulminó con la mirada.
“¡Ni se te ocurra intentar seducirme!”
“¡¡¡Tú!!!”, gritó ella furiosa, con la cara enrojecida y los ojos ardiendo como si tuvieran fuego. Sin embargo, también podÃa ver cómo su forcejeo estaba afectando a su captor, asà que dejó de moverse.
“Has caÃdo en esta trampa, Zhou Zimo”, dijo con dureza. “¡Idiota! No me digas que de verdad quieres meterte en mi cama”.
“¡Cállate, imbécil desvergonzado! ¡Maldito desagradecido! ¡Canalla! Cómo te atreves a tratarme asà después de lo bien que te cuidó mi padre!”
Bai Xiaochun frunció el ceño, examinándola para intentar determinar si se trataba sólo de un acto…. Por lo que recordaba, la Señora de Polvo-Rojo no solÃa comportarse asÃ. ¿Cómo podÃa estar realmente confundida por la situación de la Proclamación de Gracia Universal? Sin poder contenerse, alargó la mano y se la puso en la frente.
“¿No tienes fiebre? ¿Te has vuelto tonta?”. De repente se le iluminaron los ojos. “Espera, ¿ese canalla del Rey Fantasma Gigante tiene realmente otros hijos en el mundo? Ohhhhh”. Chasqueó la lengua con desaprobación. “¿No es el único? De ninguna manera…. ¿Cuántos secretos tiene el viejo?” Cuanto más lo pensaba, más sentido tenÃa.
“¡Cállate! Soy la única hija de mi padre!” Estaba a punto de seguir maldiciéndole, cuando, de repente, se le desencajó la mandÃbula al darse cuenta de la verdad de todo aquello.
“Eh… ¿es esto algún tipo de broma?”, preguntó. “¡Si eres el único, entonces no puedes esperar en serio que me crea que no te diste cuenta de que el Rey Fantasma Gigante era la persona menos afectada por mi plan! Los otros tres reyes tienen varios hijos, y ahora estarán debilitados. Cuando llegue el momento, ¡nuestra familia podrá eliminarlos fácilmente!”
Con esto, Bai Xiaochun parpadeó varias veces. HabÃa utilizado intencionadamente las palabras “nuestra familia” para tantear el terreno. Si aquella mujer iba a venir a hacerse la tonta, al menos tenÃa que seguirle el juego de alguna manera.
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Se despide con tristeza su maestro de secta favorito :c